jueves, 28 de mayo de 2009

“Vamos a trabajar desde la Legislatura para que la ciudad no siga en manos de la derecha en 2011”


ENTREVISTA A FRANCISCO “TITO” NENNA
El Secretario Adjunto de CTERA y primer candidato a legislador por el Encuentro Popular para la Victoria visualiza un bloque K con mayor perfil opositor a partir del 10 de diciembre. Critica la gestión macrista y asegura que articularán alianzas con los futuros legisladores de Proyecto Sur a pesar de que “el campo popular está dividido porque hay una discusión muy grande acerca del gobierno nacional”.

—La lista única fue muy bien recibida y de algún modo aglutinó fuerzas hacia el interior del espacio PJ-FpV. Pero ¿cómo ve a la lista de cara a los sectores medios porteños? ¿Cuál es el mensaje para seducir a esos sectores, mayoritariamente refractarios a la política K?

—Esta lista expresa un marco de unidad política, de pluralidad y de representación no solamente de los sectores más desfavorecidos, donde hay más necesidades, sino de aquellos sectores medios que están sufriendo la política de exclusión de la ciudad. Esos que tuvieron la oportunidad, después de la crisis del 2002, de crecer gracias a la recuperación que hubo del proceso político social, económico y cultural, que en 2003 inició el ex presidente Néstor Kirchner. No en vano esta ciudad fue una de las más favorecidas con ese crecimiento con mayor trabajo, producción y posibilidad de acceder a los bienes culturales. De esto surge que el 28 de junio estamos discutiendo dos modelos. Esto es esencial más allá de la discusión de la ciudad. Nosotros defendemos este proceso de acumulación, de recuperación del trabajo y la dignidad de los trabajadores, de la clase media, de la pequeña y mediana empresa, de los pequeños y medianos productores, que también se vieron favorecidos por el crecimiento que tuvo el país. Por lo tanto, la clase media tiene que discutir esta cuestión. No se trata de oficialismo u oposición. La cuestión es mayor crecimiento y distribución del ingreso o retroceso a las privatizaciones. En la ciudad se expresa cuando dicen públicamente: “somos privatistas, queremos que el mercado sea el que regule y no el Estado”. Esto también lo van sufrir los sectores medios. Por eso vamos a interpelar y a discutir con esos sectores cuáles son los dos modelos en pugna este 28 de junio.

—¿Cómo planea obtener el voto de aquellos porteños que se quejan de los docentes porque con sus paros dejan sin clases a sus hijos?

—Nosotros el año pasado, cuando tuvimos el conflicto grave de la educación en la ciudad de Buenos Aires, no fue por el salario docente, sino por la inversión en la educación y su correlato en todas las políticas públicas. Allí estuvimos acompañados por las asociaciones cooperadoras —que también sufrieron el recorte de los subsidios—, por los estudiantes —a quienes les redujeron las becas—, por los padres —cuyos hijos van a la escuela y conocen la situación de la alimentación en los colegios— y por los que siguen sufriendo la problemática de la infraestructura en las escuelas. Y a pesar de la propaganda por televisión y del gasto de miles de pesos que esto significa para el erario porteño, sigue habiendo 150 escuelas donde hay profundas situaciones de infraestructura irresueltas, que encima están reconocidas por el gobierno macrista. Este año lo empezamos con la misma problemática y estamos trabajando junto a la comunidad, planteando un aumento del presupuesto educativo, que es el más bajo de los últimos 20 años y ha sufrido una reducción del 2% respecto de 2008. Por eso ahora se están haciendo caravanas recorriendo el norte y el sur con las comunidades y las asociaciones cooperadoras, en las que se hace una consulta popular para ser presentada en la Legislatura pidiendo la recuperación y el aumento del presupuesto educativo.

—La gestión de Nadorowsky marca un retroceso en la educación pública ¿qué se puede hacer para frenar y revertir ese proceso?

—Para revertirlo hay que ser protagonista. Primero, desde los trabajadores de la educación y después desde la comunidad educativa. Esto significa organización para sintetizar a la educación como derecho social. No para los que estamos dentro del ámbito de la institución educativa sino para todos los sectores de la sociedad. La educación nos da la posibilidad de tener un conocimiento crítico, de poder avanzar en la construcción de nuevas realidades y de un nuevo futuro. Esta gestión educativa ha privilegiado la confrontación por encima de la apertura. Se han cerrado y han reducido los fondos para las acciones de inclusión en los lugares más pobres, y se eliminaron los programas de reingreso escolar. Es necesario discutir una nueva educación media, y que haya mayor inversión no solo en infraestructura o para los comedores escolares o las cooperadoras, sino también para la capacitación y formación docente, ya que tenemos el derecho y el deber de formarnos continuamente. Y es un deber del Estado garantizar esa formación gratuita, terminando con el negocio de la capacitación privada, en lo que es hoy el shopping de la capacitación. El macrismo concretamente está planteando que es el mercado el que regula. Es una discusión que debemos dar en el marco de la Legislatura. Definir cuál es la regulación del Estado hacia la educación privada que hoy se lleva más de 250 millones de pesos y no sabemos qué estamos subsidiando. Sabemos que hay colegios que cumplen funciones en lugares donde no hay nada. Nosotros no estamos hablando de la desaparición de la educación privada sino de la educación pública de gestión privada subsidiada por el Estado. Y le decimos no a la educación privada como negocio de los grandes grupos económicos, que es lo que representa este gobierno de la ciudad de Buenos Aires.

—¿Qué opina del rol opositor al macrismo que ha tenido en este año y medio el bloque del FpV en la Legislatura?

—Nosotros estuvimos trabajando mucho con los compañeros del Frente para la Victoria y los bloques opositores en el conflicto de las políticas públicas de la educación. Y me parece que al bloque hay que darle un dinamismo mucho más importante y una apertura hacia la sociedad. Tenemos que salir de la lógica de que la Legislatura solo tiene que garantizar la gobernabilidad de cualquier espacio político. Esa fue una discusión que tuvimos con muchos integrantes del Frente para la Victoria cuando se discutió el año pasado el tema de la rebaja en la asignación de recursos para la educación en el presupuesto general de la ciudad. Aunque en el conflicto por la educación estuvimos juntos, es bueno que se tenga visiones diferentes a quienes decían que era necesario votar el presupuesto para no quitarle gobernabilidad al macrismo.

—¿Usted siente que va expresar a la oposición en el caso de ser elegido? Porque la sensación es que no hubo hasta ahora oposición real a Macri.

—Yo creo que la cuestión es ser oposición con propuestas, porque hubo sectores que planteaban la oposición sin propuesta superadora. El Frente para la Victoria se desdibujó como oposición y como generador de propuestas. Esto para nosotros fue un déficit muy grande. El bloque tiene que discutir y abrirse para caminar las comunas y los barrios. Por ahí, uno de la experiencia que tiene de haber estado en la militancia social y gremial, está ducho con el trabajo cuerpo a cuerpo y con esto de estar todos los días con los compañeros. Quizá acá se hace un poco más difícil, pero es el desafío que nosotros tenemos para poder cambiar la política.

Esto también tiene que ver con la falta de discusión y de construcción de una herramienta política. Por eso, en esta propuesta plural donde estamos defendiendo un modelo de inclusión social, de desarrollo y de distribución de la riqueza, es necesario cambiar los criterios de militancia en la política. No quiero decir que los compañeros que estaban ahí no eran militantes, pero siempre faltó una expresión de la militancia social. Parecía que los legisladores tenían que venir específicamente de la política partidaria. Ahora tenemos la oportunidad aquellos que confrontamos con ese proyecto de destrucción del país de la década del ‘90, del 2001, es decir los que nos pusimos al frente y hoy estamos construyendo una nueva realidad en la que es necesario ser protagonistas políticos en la Legislatura.

—Estamos mejor que con las listas de los operadores políticos, pero en materia de construcción política todavía estamos lejos.

—Vamos a estar adentro de la Legislatura y a ser responsables de que esto avance como construcción política o vamos a volver a los fracasos que hemos vivido durante los últimos años.

—¿Cómo va a ser disputar una misma franja del electorado y confrontar ideas en campaña con un compañero de CTA como Fabio Basteiro, que encabeza la lista de legisladores de Proyecto Sur?

—Y también está encabezando una compañera como María Elena Naddeo en la lista de Aníbal Ibarra, que es defensora no solo de la educación pública, sino de los derechos de los niños y adolescentes. Hoy la CTA se va expresar en esta Legislatura y encima encabezamos tres listas. Lo que nos diferencia es la visión de la situación nacional, que para nosotros es fundamental. Por eso el campo popular está dividido, porque hay una discusión muy grande en la cuestión del gobierno nacional. Nosotros planteamos que debemos estar en una ciudad en consonancia con el proyecto nacional de profundización del modelo. Acá me parece que es fundamental la caracterización de la etapa nacional y latinoamericana. Nosotros llamamos a estos compañeros a profundizar esta etapa. No decimos “está todo bien, estamos bárbaro”, sino que estamos protagonizando este proceso para crecer. Yo creo que hay que diferenciar los dos modelos que hoy están en discusión. Pino Solanas está diciendo que esto es igual que la presidencia de De la Rúa, y se desdijo de que es igual a la de Menem. Ahí hay una caracterización errada que, en muchos casos, a los sectores que hablan desde la izquierda los lleva a ser funcionales a los intereses de la derecha.

—Supongamos que hoy es 10 de diciembre y ya asumió su banca. ¿Imagina que igualmente podrán articular políticas opositoras al macrismo con los legisladores de Proyecto Sur?

—No me cabe ninguna duda. Nosotros vamos a trabajar desde la Legislatura para que la ciudad de Buenos Aires no siga en manos de la derecha en 2011. Porque ese proyecto neoliberal tiene como visión la posibilidad de incorporarse y dar la disputa en el 2011 a nivel nacional. Yo creo que acá tenemos que ser los suficientemente capaces y maduros. Los hemos enfrentado en la calle con las movilizaciones y también los tenemos que enfrentar en el marco legislativo para que esta ciudad sea más inclusiva, más justa y que brinde respuestas reales. Muchos sectores creyeron que desde el gerenciamiento de la política y la gestión se iban a resolver las problemáticas de la desigualdad. Hoy está profundizada entre el norte y el sur, entre los ricos y los pobres. Nuestra responsabilidad es buscar mayor justicia en Buenos Aires.

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Por Roberto Koira para Revista Zoom

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