miércoles, 23 de diciembre de 2009

“Mi viejo se le plantaba a discutir de política tanto a Perón como al Che”



ENTREVISTA A FERNANDO DI PASCUALE
El conmovedor relato del hijo del legendario dirigente farmacéutico y de la CGT de los Argentinos Jorge Di Pascuale, rescata la ética de su padre, la historia de su desaparición en 1976 y el reciente hallazgo de sus restos, que serán velados 33 años después el 28 de diciembre.

El pasado lunes 14 de diciembre el Secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luís Duhalde, anunciaba el hallazgo de los restos del mítico Secretario General del Sindicato de Farmacia Jorge Di Pascuale. Desaparecido por la dictadura genocida, fue un icono del gremialismo combativo de las décadas del ‘50, ‘60 y ‘70 e integrante de la CGT de los Argentinos. En charla con ZOOM, su hijo mayor Fernando rescata su figura y describe la incertidumbre que rodea a un familiar de un desaparecido.

—Después del hallazgo, ¿cuáles son los pasos que se van a dar?

—Va a ser velado el 28 de diciembre a partir de las 15 en el Sindicato de Farmacia, Rincón 1044. Y el 29 se lo llevará a Chacarita cerca del mediodía.

—¿Como fue el camino hasta encontrar sus restos?

—Antropología está hace 20 años, pero en esa época lo que te pedían era una radiografía, una ficha dental, esas cosas. Estábamos lejísimos del ADN, no existía esa posibilidad. Después, cuando salió, lo del ADN era inaccesible y ellos nunca tuvieron subvención del Estado. Si les daban algo eran organizaciones del exterior. Solo este gobierno le acercó plata para que pudieran trabajar de mejor manera. A partir de ahí empezaron a cruzar la información. Antes se podía hacer el ADN mitocondrial, solo a las mujeres, pero después empezaron a hacerse con todo el mundo. Cuando fui a averiguar por primera vez, ellos ya tenían los cuerpos que habían levantado en Avellaneda, me sacaron muestras y me dijeron que en algún momento iban a ver todo lo que tenían, que eran 336 cuerpos, para cruzar los datos y ver si podían identificar algunos de los cuerpos. Bueno, todo quedó ahí.

—¿Y esto cuándo fue?

—Hace tres años más o menos. Después me llaman y me dicen que necesitan más muestras de algún hermano mío o de mis abuelos. Mi hermano menor todavía no había ido nunca a antropología y estaba indeciso. A mi hermana le dije y fue enseguida. Pero en antropología me explicaron que me tomara mi tiempo, que la cosas se manejaban de manera tranquila. Al final, mi hermano me dijo que sí y me ofrecí a acompañarlo.

—¿Iniciaste por tu cuenta alguna búsqueda?

—Yo sabía, según un testimonio de una nota que Duhalde había escrito en el ‘85, que un liberado de un centro clandestino había visto a mi viejo con Juan Carlos “El Negro” Arroyo. Después me encuentro con otros testimonios de gente de 2006 que estaban en la Conadep (en donde no me los quisieron dar, pero los pude conseguir a los testimonios por otro lado). En esas declaraciones decían que tanto a Arroyo como a mi viejo lo sacaban día por medio para torturarlos y que los trasladan el mismo día, dijo un sobreviviente, a principios de febrero de 1977. A él se lo llevan el 28 de diciembre de 1976, es decir que a un mes y moneditas lo trasladan junto con Arroyo que lo secuestran un 27 de octubre, el mismo día en que este año me comunican que habían identificado el cuerpo de mi viejo. Saber que estuvo con Arroyo para mí era un dato más, pero un día me llega la información por Internet que habían encontrado sus restos y ahí dije: “le pegué en el palo”. Ahí empecé a conectarme con la gente de los testimonios. Uno estaba en España. Me moví y conseguí el mail y el teléfono, le escribí y le pregunté si los habían trasladado el mismo día a Arroyo y a mi viejo porque para mí era muy importante, ya que como lo habían encontrado era probable que los hayan matado juntos el mismo día y estuviesen en el mismo lugar. Esta persona me contestó que me entendía, pero que no se acordaba y por eso no me quería decir cualquier cosa. Pero me dijo que me comunique con Hugo Parsons y el problema después fue ¿cómo ubicamos a Parsons?

Lo ubicamos y cuando íbamos a ir a verlo el 27 de octubre me llama Maco Somigliana de Antropología. Maco estaba en Antropología los martes, miércoles y jueves por la mañana. Me llama ese martes a la mañana y me dice si nos podemos ver. A mí me parecía raro que me cite en Antropología para arreglar ir a ver a Parsons, esto se podía hacer por teléfono. Encima me dice que vaya a las 16:30, cuando él está por la mañana. La procesión iba por dentro, mientras iba en el colectivo me decía a mi mismo: “no, no, no puede ser, seguro que algo me querrá preguntar”. Me quería sacar presión, aunque estaba muy ilusionado de encontrarlo, pero no me quería dar más expectativa que la que la realidad te indicaba. Llego a Antropología y me recibe. En eso llega otro antropólogo y le deja un informe sobre el escritorio. Y Maco ni lo tocó, seguimos hablando… y yo estaba a la expectativa, no quería hacerme ilusiones. Todo se cuadraba para que fuera, y agarra el informe y me dice: “Fernando, lo que tanto estábamos buscando, lo encontramos”. Yo me quería morir y le dije: “esto debe ser un sueño, porque siempre sueño con esto y en un rato me voy a despertar”. El se reía y me decía: “vas a ver que no”. Estuve como 5 días pensando que en algún momento me iba a despertar.

—¿Y después?

—Le pregunté si estaba entero, si habían recuperado todo el cuerpo y me dijeron que sí. Después me dieron el estudio de ADN y antropológico que es un detalle de todo el estudio al cuerpo que hallaron. Una es la parte de ADN y otra es la parte ósea y anatómica del cuerpo mismo. Ahí te enterás que hubo orificios de bala, esas cosas que son bastante duras. En un momento saltás de alegría y de repente caés.

—Y caés, con toda una información que durante mucho tiempo no tuviste.

—Cuando yo me enteré que al Negro Arroyo lo habían fusilado, me dije: “entonces a mi viejo lo mataron de la misma manera”. Y fue así nomás. Volviendo a ese 27, me dijeron que debía esperar la resolución del juez y que eso iba a estar en dos meses. El 14 de noviembre, un poco antes de ese plazo, ya nos llamaron para buscar la resolución. Al tenerla empezamos a armar todo para poder velarlo en el sindicato.

Justo el 28, que es el día de su cumpleaños.

—Es el día del cumpleaños y se cumplen 33 años de su secuestro.

A él lo van a buscar en la madrugada del 28.

—Sí, el 28 a las 0.30. En realidad fueron a buscarlo porque era el cumpleaños, sabían que cumplía ese día. Fue una batida, porque mi viejo figura registrado el 6 de enero de 1931. Era alguien que conocía que el cumplía el 28 de diciembre.

Es un símbolo muy fuerte velarlo en el Sindicato.

—Sí, el Sindicato de Farmacia fue su casa, su vida, su militancia y centro de todas las resistencias populares y peronistas. Y ahí fue cuando dije realmente “se lo saqué a la dictadura y se lo entregue a la democracia”, por la cual él toda la vida luchó. Cuando estaba Perón proscripto, peleaba igual. Siempre peleando por la democracia. Vivía más en el sindicato que en otro lugar.

—Algunos compañeros contaban, y seguro que lo viviste porque cuando pasó lo de tu viejo tenías 19 años, que el sindicato era un lugar en donde a nadie se le cerraba la puerta. Era el culto a la solidaridad.

—Es más, decían: “nosotros le abrimos la puerta a todo el mundo, si es peronista mejor”, como diciendo “acá viene cualquiera”. Por ahí pasaron desde Santucho hasta Leonardo Favio o Sandro, que le usaba el salón de atrás para ensayar. El mundo pasó por el sindicato, toda persona que haya militado en los ‘60 y ‘70 sino pasó por ahí se tiene que bautizar. Es más, en un momento el sindicato era formador de cuadros, la juventud que quería militar iba a Farmacia a formarse políticamente. Y eso que era un sindicato chico.

—Vos alguna vez decías que uno está preparado para todo, pero no para tener un familiar desaparecido.

—En realidad es algo totalmente novedoso, es una manera de decirlo y es muy difícil o prácticamente imposible asumir la muerte cuando no ves el cuerpo. Esto es así de claro, te lo digo porque cuando a mí me dijeron que habían encontrado el cuerpo de mi viejo me puse recontento, pero a la mañana siguiente me puse a llorar. Es más, es el día de hoy que me pasa lo mismo. De chico nos enseñaron que si cruzabas mal la calle y te agarraba un auto te podías morir o si ponías los dedos en el enchufe, pero nunca porque te torturara una persona que pensaba distinto que vos. No estaba en la cabeza de uno la muerte de esa manera, era algo completamente inimaginable que te podían matar de esa manera. Digamos que hasta el ‘75 hasta podías pensar que podían pasar por la puerta de tu casa y te ametrallaran, pero esto de secuestrarte, de llevarte a un centro clandestino, de torturarte y después matarte, era algo que por lo menos en mi cabeza no estaba. Que después haya estado sí, pero en ese momento no, era completamente novedoso por lo menos para la edad que tenía. Para mi viejo no, porque él ya estaba buscando compañeros. En el 7’6 se lo llevan en diciembre, es decir de marzo hasta su secuestro se la pasó buscando compañeros que se habían llevado, por lo que estaba más en el tema. Para mí era novedoso y por eso es tan difícil elaborar el duelo, a lo sumo decís: “pero pasaron tantos años”.

Es algo que tenés postergado.

—Inconcientemente lo tenés postergado porque al principio hablás de tu viejo como si estuviese, porque se llama, está, es de Boca. Con el tiempo empezás porque mi viejo era. Siempre te va a parecer que le pasó a todos, menos a tu viejo. Que a todos los torturaron, menos a tu viejo, que a todos los mataron, menos a tu viejo. Eso lo vas a pensar siempre, pero bueno habían pasado 33 años y no estaba. Mi viejo no tenía ni carácter, ni perfil de “me volví loco y me fui”, ni ninguna cosa de esa, no tenía ese carácter. Cualquier persona que tenga un familiar desaparecido creo que te va a decir más o menos lo mismo. Yo hablé con chicos de hijos que eran recién nacidos cuando se los llevaron a los padres y ellos pensaban que estaban de viaje porque eran chicos para saber de qué se trataba la muerte.

¿Cómo fue la última vez que lo viste?

—Muchos dicen, lo leí en varias notas, que mi viejo estaba clandestino. Y él nunca estuvo clandestino porque el 22 de diciembre del ‘76, Boca y River jugaban la final del Nacional, en cancha de Racing. A mitad de año también, Boca sale campeón del Metropolitano, en cancha de River, frente a Unión y yo fui con mi viejo a la cancha. Iba al sindicato y le decía: “Pá, vamos a la cancha” y él me contestaba: “Sí, andá y saca 5 entradas” porque siempre venía alguno que invitábamos y mis amigos. Y yo lo pasaba a buscar por el sindicato y de ahí todos salíamos para la cancha. Te estoy hablando de mediados del ’76. Si mi viejo hubiese estado clandestino no podría estar en el sindicato que era en el lugar donde casi vivía. Mi viejo se cuidaba, pero no estaba clandestino.

Era una persona que cuando estaba en el sindicato no quería que saliéramos juntos, me decía: “salí primero vos y esperame enfrente”, porque en esa época era habitual que a la salida de algún lugar pasaran y te rociaran de balas. Y el 22 de diciembre en el Boca-River, que encima era el día del empleado de Farmacia, fue la última vez que fuimos a la cancha juntos, ya que los 6 días, el 28, se lo llevan. Esa vuelta nos abrazamos como si fuera la última vez… Me queda como recuerdo el último abrazo fuerte que nos dimos ese día. Más allá que el mismo 28, el día del cumpleaños, yo también estaba en el sindicato y le llevé un mate de regalo. Si hubiese estado clandestino no hubiera estado allí. Se cuidaba como todo el mundo, si no tampoco hubiese ido a pedir por sus compañeros. Y teniendo posibilidades de haberse exiliado, él se quedó. Posibilidades tuvo mil. De hecho, una vez se fue tres meses y tuvo que volver porque no se la bancó.

Eso fue cuando lo amenazó la Triple A.

—A mediados del ’75, pero a fin de año ya estaba acá. Calculo que no podía porque sentía que era una traición a sus propios compañeros, él se tenía que quedar. Lo mismo cuando ocurrió el golpe de Estado dijo que ni en pedo se iba a ir, que la iba a pelear hasta que le tocara a él y que no se iba a esconder.

¿Tenía conciencia de lo que le podía pasar?

—A mí no me lo decía, pero calculo que tenía conciencia de lo que le podía pasar. Eran las reglas.

Las convicciones eran más fuertes.

—Obvio, si no se hubiese ido.

¿Creés que tu viejo fue un modelo de dirigente sindical o un ejemplo?

—Mi viejo fue un ejemplo, como también hubo otros. Hubo un Agustín Tosco, un Gustavo Rearte, un Raimundo Ongaro, un Juan Sebastián Borro, gente muy honesta también. Pero aparte de ser honesto era una persona muy capaz y esto generalmente ahora no se ve. Mi viejo es un ejemplo para los que empiezan ahora, no para los que ya están enquistados en el poder de los gremios. Lo que pasa es que en el ‘75 mueren Tosco y Rearte e hicieron desaparecer a mi viejo y se llevaron cuadros muy importantes que eran sinónimo de honestidad, porque ellos caían presos cuando eran secretarios generales, no cuando eran delegados. Entonces el afiliado al ver que la cabeza iba presa después se jugaba por ese dirigente. La gente hoy tiene una visión muy crítica del sindicalismo. No sé si es un ejemplo a seguir, pero faltan espejos. Y si vos no los revindicás a esos dirigentes, la gente no los conoce y no tiene dónde mirarse. De mi viejo todo el mundo habla, sin embargo si vos buscás quién fue Jorge Di Pascuale y lo conocen más al Che que a él y el Che ni siquiera militó en Argentina. No se ocuparon de él, ni de otros compañeros como Avelino Fernández, es decir gente de principios. Por que una cosa es ser honesto cuando no tenés para robar, y otra cosa es cuando tenés la oportunidad y no robás. Cuando no hay nada para robar somos todos honestos, la historia es cuando hay y no robás, ahí demostrás que sos honesto. A él nadie ni siquiera se animó a insinuarle que le iban a dar una coima de algo, jamás. Mi viejo era insobornable, vendía libros mientras era Secretario General para llevar un mango más a la casa. Yo aprendí a administrar la plata porque él me enseñó a ser ordenado en las cuentas. Mi vieja estando con él laburaba, si hubiese sido un corrupto ella no hubiese trabajado nunca. Eso te lo demuestra, que cuando no hay nada son todos honestos, pero cuando hay (te lo puedo asegurar porque lo he vivido) la mayoría son todos unos delincuentes y roban.

¿Es cierto que cuando Jorge iba a Puerta de Hierro era el único que se le plantaba a Perón a discutir de política?

—Había un secretario de Perón, que cuando apareció López Rega se volvió para Argentina, que contaba: “a Puerta de Hierro van miles, pero el único que se le planta a discutir de política mano a mano a Perón es Jorge. Los demás no se animan a decirle hola General”. Encima, le decía a Perón cuando estaba mal vestido que así no podía volver. Mi viejo tenía un sentido del humor muy ingenioso e irónico.

Al Che Guevara también se le plantó y le terminó diciendo que vaya a la Argentina a hacer la revolución. El Che Guevara no era peronista y lo empezó a chicanear con Perón y el peronismo. Y mi viejo le contestó que él hizo eso en Cuba porque por la situación geográfica de la isla se podía hacer una guerrilla foquista y que en Argentina eso era imposible. De hecho, el foquismo existió en Tucumán y lo hicieron mierda. Al final, en esa conversación, para distender el Che le dijo que todo era una broma, aunque mi viejo igual ya le había dicho lo que pensaba.


http://revista-zoom.com.ar/articulo3530.html

Por Roberto Koira para Revista Zoom

jueves, 17 de diciembre de 2009

Se lo sacamos a la dictadura, se lo entregamos a la democracia

Por Fernando Di Pascuale

El autor es hijo del dirigente sindical Jorge Di Pascuale.



El Equipo Argentino de Antropología Forense identificó los restos del mítico dirigente peronista Jorge Di Pascuale quien había sido secuestrado el 28 de diciembre de 1976 por la dictadura militar.

Jorge Di Pascuale es considerado como uno de los dirigentes más lúcidos y claros del movimiento obrero argentino. Comenzó como delegado en la Farmacia Franco Inglesa y a los 27 años ya era Secretario General del Sindicato de Farmacia.

Su lucidez y claridad no la ejercía desde un cómodo sillón, sino que era un combativo militante de la resistencia peronista, que luchaba contra las dictaduras de turno, contra la burocracia sindical y por la libertad de los presos políticos. Esta lucha intransigente lo llevó a sufrir cárceles, persecuciones y exilio.

En 1962 y con 31 años fue elegido diputado nacional en elecciones que fueran anuladas por Arturo Frondizi. En 1963, en uno de los tantos viajes a Madrid, fue designado por el General Perón como su delegado personal ante los países socialistas. En 1968 participó activamente en la creación de la CGT de los Argentinos junto a Raymundo Ongaro y Agustín Tosco.

En 1969 la actividad de Di Pascuale fue incesante y trataron de silenciarlo llevándolo a la cárcel en varias oportunidades, pero era tanto su compromiso con el pueblo y la clase trabajadora que cuando recobraba su libertad, volvía a firmar una solicitada en contra del gobierno y lo encarcelaban nuevamente. Cuando las dictaduras le intervenían su Sindicato de Farmacia, se ganaba la vida haciendo corretajes de champú y artículos de perfumería o vendiendo heladeras a crédito.

Di Pascuale es considerado un ícono de la honestidad sindical argentina. Su conducta intachable hacía que lo respetaran hasta sus propios enemigos. Pero no era solamente un dirigente honesto, también se destacaba por su brillantez intelectual y por su gran capacidad de análisis, de vocabulario fluído, directo y sin demagogia. Siempre pulcro y bien vestido, no necesitaba vestirse de obrero ni dejarse la barba para ser un peronista revolucionario. Jamás tuvo guardaespaldas ni matones a sueldo que lo cuidaran, caminaba sólo con su dignidad y su conducta insobornable. En 1975, perseguido por la Triple A se exilió en Venezuela, pero el destierro duró apenas unos meses. A pesar de que le advertían que no volviera, Di Pascuale no podía estar lejos de su familia, de sus compañeros ni de su lucha.

Volvió y a los meses sucedió el golpe de Estado. Se juramentó con sus compañeros del gremio quedarse y dar pelea, sabiendo que ésta no iba a ser una dictadura más. Comenzaron a acrecentarse los secuestros, desapariciones y asesinatos. Di Pascuale buscaba a sus compañeros desaparecidos por todos lados. Fue ahí cuando dijo: “si me llega a pasar algo no pidan por mí, pidan por todos”.

Hasta que llegó aquel 28 de diciembre, día de su cumpleaños. Un grupo armado entró a su casa. Lo interrogaron: “¿Así que vos sos el que les da a los militares? Y él contestó: “¡Sí, les di, les doy y les voy a seguir dando!”. Jorge no tenía armas, lo único que se llevaron fue su aguinaldo, una radio portátil y otros objetos. Se tomaron la sidra caliente que había sido comprada para las fiestas y dijeron “mañana a las 8 hs está de vuelta”.

Sus compañeros y familiares lo buscaron incesantemente, se presentaron habeas corpus, el gobierno militar recibió cerca de 60 telegramas solicitando su libertad y se llegó hasta el Papa Pablo Vl, pero nada hizo que lo liberaran.

Años después, sobrevivientes del centro clandestino El Vesubio - Protobanco relataron cómo Di Pascuale alentaba y cuidaba a sus compañeros de cautiverio para que no se quebraran ante la tortura y el horror que él mismo padecía.

Hoy el Equipo Argentino de Antropología Forense, en un trabajo extraordinario, maravilloso, responsable, silencioso, con pocos recursos pero con un corazón inmenso y después de 33 años nos devuelve a nuestro querido Jorgito, quien después de ser asesinado cobardemente, fue dejado en una fosa común en el Cementerio de Avellaneda.



















Jorge Di Pascuale será vela
do en su Sindicato de Farmacia, Rincón 1044, el 28 de diciembre a las 15 hs. Será llevado a la Chacarita al día siguiente a las 9 hs.

http://www.revista-zoom.com.ar/articulo3503.html

viernes, 11 de diciembre de 2009

“La designación de Posse es una afrenta”


ENTREVISTA A FRANCISCO “TITO” NENNA
El legislador porteño y referente del gremio docente afirma que Macri debe retirar la designación de Abel Posse como nuevo ministro de Educación de la ciudad. Categórico, no encuentra diferencias entre el jefe de gobierno y el ex diplomático: “Mauricio Macri representa los pensamientos de Abel Posse y este representa el terrorismo de Estado y el golpe militar.”

—¿Qué opinión te merece la designación de Abel Posse como Ministro de Educación porteño?

—Es una afrenta a la sociedad y a la comunidad educativa. Un personaje nefasto, no solamente por su historia y su participación en el Proceso Militar como funcionario en la Cancillería, sino por su línea de pensamiento. Que hoy está expresada en muchos medios de comunicación nacionales, que tiene que ver con la reivindicación del terrorismo de Estado, con la teoría de los “dos demonios”. Con esta cuestión que plantea del trotskoleninismo, es opinar que en la actualidad hay subversivos. Hablar así, hoy, a 33 años del golpe militar y en el día internacional de los derechos humanos, es una afrenta. Lo digo para que la sociedad esté atenta a lo que el Ingeniero Mauricio Macri está realizando con la política de la ciudad, en este caso de educación. Porque su designación está avalada por una declaración del propio Macri diciendo que coincidía absolutamente con todo el pensamiento de Abel Posse. O sea que coincide con los pensamientos de reivindicación del terrorismo de Estado y todo lo que implicó: desaparición de personas y, en educación, el cercenamiento de los derechos de los alumnos, profesores y maestros. Es muy importante que este tema sea tomado por la sociedad, ya que no solamente afecta a los trabajadores de la educación sino a todos los argentinos.

—Posse afirma en una nota en La Nación que el primer atributo que tiene el Estado es el poder de represión.

—Es la opinión de la Junta del Proceso Militar. Por eso cuesta creer que a esta altura alguien pueda estar opinando y reivindicando a la dictadura, cuando ya se han sabido las consecuencias: desapariciones y torturas. Y no solamente eso, sino todo lo que implicó desde el punto de vista educacional y de las políticas públicas. Cuando Posse habla de represión quiere decir reprimir y exterminar, o cuando dice que va a terminar con la cobardía de las huelgas docentes o habla de que nosotros le ponemos el revólver en la cabeza, términos que tienen que ver con el militarismo y con el oscuro fascismo del Proceso Militar. Por lo tanto, lo que nosotros estamos planteándonos, junto organismos de derechos humanos y organizaciones sociales y políticas de la ciudad de Buenos Aires, es la exigencia de la no designación de este personaje nefasto y fascista, porque él con sus dichos está apuntando a esto.

—Posse habla de disciplinamiento de la educación, ¿qué te sugiere este término?

—Se contrapone a lo que nosotros reivindicamos como la educación liberadora de Paulo Freire. Él diría de Paulo Freire que es un subversivo en la educación porque se plantea que con ella podemos acceder al conocimiento crítico para tener una visión de la realidad, para poder transformarla. Y Posse no quiere transformarla, quiere imponernos una realidad de opresión, de terrorismo y de represión.

—Muchos dicen que estas designaciones de Macri son excesos o exabruptos.

—No, esto está en línea con el pensamiento de Mauricio Macri. Por eso cuando habló de Posse, antes de la designación, lo valoró como un hombre independiente en el Ministerio de Educación con el que coincidía absolutamente con todos sus escritos y pensamientos. Por lo tanto, Mauricio Macri representa los pensamientos de Abel Posse y este representa el terrorismo de Estado y el golpe militar. Mauricio Macri es lo mismo que Abel Posse.

—Además, Posse ni siquiera es un especialista en educación.

—No solamente no es especialista en educación, sino que directamente señala que no va a estar en el día a día, que va a estar en lo macro, o sea que va a escribir estas cuestiones que hoy nos está diciendo. ¿Quiénes van a estar en el día a día? Nosotros le preguntaríamos si sabe que hay 6.200 chicos sin vacantes en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires. Que hoy hay más de 5.000 chicos que no tienen clases, a pesar de no haber paro docente, porque no hay docentes en las escuelas para que se hagan cargo. No solamente por el salario, sino por la tardanza en el cobro del mismo. Si sabe que hay más de 200 escuelas que están en pésimas condiciones. ¿Qué sabe del sistema educativo de la ciudad Buenos Aires? Cuando dice que la educación se resuelve con amor y el amor y el enamoramiento es lo que utilizamos los maestros en las escuelas y él dice amor en función de la represión. Alguien que reivindica la represión no puede nombrar esa palabra. Así que nosotros volvemos a reiterar y alertar a la sociedad, que no podemos dejar pasar esto porque son los oscuros sectores de la derecha que quieren nuevamente asomar y desplegar sus políticas represivas, de destrucción de las políticas públicas y de la vida digna.

—Posse hubiese sido el jefe ideal para Ciro James, más que Narodowsky…

—El jefe de Ciro James fue Mauricio Macri, que es el responsable de todas las escuchas. Ya renunció Narodowsky y tiene que hacerlo Montenegro. En la Legislatura de la ciudad estamos trabajando para que se haga una interpelación y se haga cargo de cada una de estas cuestiones. No puede ser que impunemente Macri esté evitando la discusión, no solamente con la sociedad, sino en los sitios de la democracia, como la Legislatura porteña.

http://www.revista-zoom.com.ar/articulo3493.html

Por Roberto Koira para Revista Zoom

jueves, 10 de diciembre de 2009

Un país partido en dos (textos)



Con una coincidencia que si no fuera dramática parecería ficción, la Sociedad Rural emitió una solicitada de apoyo a la dictadura militar el mismo día que Rodolfo Walsh fechara la Carta Abierta que desencadenó su secuestro y posterior asesinato. El tenor y contenido de ambos textos contrastados son el terrible testimonio de un país partido expresado en la valentía conmovedora del escritor y la vergonzosa complicidad de los ruralistas con la dictadura genocida.

Frente al conflicto que enfrentó al supuesto “campo” con el Gobierno Nacional, cuando se hace hincapié sobre la tradición golpista de la Sociedad Rural Argentina no se trata de un ejercicio vano. Hay muchos documentos que certifican su entusiasta adhesión al golpe militar de 1976.

Uno de los más nítidos es la solicitada que dicha entidad publicó para el primer aniversario de la dictadura el 24 de marzo de 1977, donde deja bien en claro cuál es su modelo de país para la Argentina. Como contrapunto a esa visión está la Carta Abierta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar del mismo día. Ya se sabe cuál fue el destino de cada uno: la Sociedad Rural recibió los privilegios de su personero José Alfredo Martínez de Hoz, en cambio Rodolfo Walsh fue fusilado por un Grupo de Tareas por su osadía de criticar a la Junta.

Con respecto al balance del primer año dictatorial estas son las conclusiones que hacía, en ese momento, la Sociedad Rural:

Hoy hace un año que el país se debatía en la más profunda de las crisis por las que ha atravesado en su historia. La corrupción, la falta de autoridad, el desgobierno, el crimen como medio político, eran caracteres dominantes de la situación. En lo económico, la inflación descontrolada y el desorden fiscal eran insostenibles. Se estaba al borde de la cesación de pagos; en suma, el país se desintegraba. En esos momentos todos estábamos dispuestos a dar cualquier cosa por tener garantías mínimas de vida y de bienes, por volver a respirar aire puro. (…) Un año después, luego de una ardua labor, varios e importantes son los logros materializados. Quizás mayores aún de lo que nos puedan parecer sin la suficiente perspectiva.

Después de tan “democrática declaración”, ¿será cierto que el Gobierno actual es tan autoritario, según la perspectiva de los señores del campo? Para Walsh la visión sobre ese aniversario era algo diferente:

El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades. El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron.

Ilegítimo en su origen, el gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarse en los hechos recuperando el programa en que coincidieron en las elecciones de 1973 el ochenta por ciento de los argentinos y que sigue en pie como expresión objetiva de la voluntad del pueblo, único significado posible de ese "ser nacional" que ustedes invocan tan a menudo.

Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante sólo puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina.

La guerrilla apátrida

Para La Sociedad Rural los atropellos denunciados por Walsh eran producto de una campaña antiargentina montada desde el exterior:La guerrilla apátrida y brutal, amparada en buena medida por las anteriores autoridades, ha sufrido rudos golpes y está en franca retirada. Ahora se dedica desde el exterior a atacar al país a través de la prensa izquierdista, cínicamente abusando de la calificación de derechos humanos, que ellos jamás quisieron respetar.

Claro, si ellos eran “Derechos y Humanos” como anunciaba aquella consigna que difundían los genocidas allá por 1979, cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos llegó al país para saber qué pasaba con los desaparecidos. Una cuestión que Walsh ya ventilaba en 1977. Este es apenas un pequeño fragmento de las valientes denuncias del escritor en la Carta Abierta:

Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror. Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio.

Más de siete mil recursos de hábeas corpus han sido contestados negativamente este último año. En otros miles de casos de desaparición el recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de antemano su inutilidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo después que los cincuenta o sesenta que lo hacían fueron a su turno secuestrados. De este modo han despojado ustedes a la tortura de su límite en el tiempo. Como el detenido no existe, no hay posibilidad de presentarlo al juez en diez días según manda una ley que fue respetada aún en las cumbres represivas de anteriores dictaduras. La falta de límite en el tiempo ha sido complementada con la falta de límite en los métodos, retrocediendo a épocas en que se operó directamente sobre las articulaciones y las vísceras de las víctimas, ahora con auxiliares quirúrgicos y farmacológicos de que no dispusieron los antiguos verdugos. El potro, el torno, el despellejamiento en vida, la sierra de los inquisidores medievales reaparecen en los testimonios junto con la picana y el "submarino", el soplete de las actualizaciones contemporáneas.

La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los prisioneros es asimismo la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en lugares descampados y horas de la madrugada con el pretexto de fraguados combates e imaginarias tentativas de fuga.

"Sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido"

En sus conclusiones finales deja un testimonio más acabado del horror que montaron los militares, por el que solo se llegaba a la paz a través de los cementerios de los NN.

Si una propaganda abrumadora, reflejo deforme de hechos malvados no pretendiera que esa Junta procura la paz, que el general Videla defiende los derechos humanos o que el almirante Massera ama la vida, aún cabría pedir a los señores Comandantes en Jefe de las 3 Armas que meditaran sobre el abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra que, aún si mataran al último guerrillero, no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace más de veinte años mueven la resistencia del pueblo argentino no estarán desaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidades cometidas. Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles".

Estas terribles atrocidades, que el autor de Operación Masacre denuncia y certifica, son poca cosa para la Sociedad Rural, que no estaba satisfecha del todo por el accionar de las Fuerzas Armadas y pedía más: Sin embargo, queda mucho por hacer. (…) Debemos desarmar el andamiaje creado por casi 35 años de una lenta pero sistemática estatización socializante, que en definitiva ha demostrado su fracaso al empobrecernos a todos y al no haber dado los frutos que algunos sectores ansiosos, confundidos o equivocados, esperaban de su aplicación. Este proceso requiere el apoyo y sacrificio de todos los sectores, sacrificio que deben hacer no sólo los empresarios y los obreros, sino especialmente el Estado, dando el ejemplo a través del reordenamiento presupuestario, que ya ha comenzado la liquidación de las empresas estatales y el redimensionamiento de la burocracia.

Era la letra perfecta para las medidas económicas empleadas por la dictadura y una radiografía exacta del nefasto futuro que le esperaba a la Argentina.

"Apoyo a toda acción que signifique completar el proceso iniciado el 24 de Marzo de 1976"

Un modelo que se consolidó en la década de los ‘90 y cuyas consecuencias para millones de trabajadores Walsh ya anticipaba en 1977: En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar, resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales. Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9% prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron.

Todas nimiedades para los patrones del “campo”, que prefieren la tranquilidad propia de las botas al juego democrático del disenso, como lo explican en su proclama a favor del golpe: Ahora no debe dominarnos la impaciencia. Volvamos nuestra memoria al 24 de Marzo de 1976 y comparemos la actual situación con aquella, recordemos etapas similares y veremos que las experiencias pasadas nos indican la inconveniencia de actitudes demagógicas, de aperturas políticas prematuras, que pueden entorpecer o demorar una efectiva recuperación del país en todos los órdenes.

Este párrafo deja expuesta la complicidad manifiesta de la Sociedad Rural con la dictadura a nivel político y económico. Un pacto que también denuncia valientemente Walsh en su Carta Abierta: Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales (…) al que están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete. Un aumento del 722% en los precios de la producción animal en 1976 define la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por Martínez de Hoz en consonancia con el credo de la Sociedad Rural expuesto por su presidente Celedonio Pereda: "Llena de asombro que ciertos grupos pequeños pero activos sigan insistiendo en que los alimentos deben ser baratos."

Para que no queden dudas de la inescrupulosa connivencia de los señores del “campo”, la solicitada remata con un consejo para todos los argentinos: La Sociedad Rural Argentina reitera frente a los productores y la ciudadanía en general su apoyo a toda acción que signifique completar el proceso iniciado el 24 de Marzo de 1976, para poder lograr así los fines propuestos, que en definitiva son los grandes objetivos nacionales.

Bien podrían haber dicho nuestros propios objetivos: un país para pocos con alimentos caros, para que ellos los puedan vender al exterior sin problemas y ganar mucha plata. ¿Y el resto de los argentinos? Bien, gracias. Estos eran (son) nuestros “patriotas” de la Sociedad Rural.

Cualquier semejanza con la actualidad es mera coincidencia.

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Por Roberto Koira para Revista Zoom