jueves, 25 de febrero de 2010

“Hoy nuestro candidato es Kirchner”

ENTREVISTA CON CARLOS KUNKEL

Tras la crisis del Central que eyectó a Redrado y mientras sigue la disputa por el FoBi, el diputado nacional por el Frente para la Victoria sorprende al señalar que "hemos tenido liberales en nuestro gobierno, unos cuantos, y eso que nos acusaban de ser sectarios" y amplía el ejemplo fulminando a Alberto Fernández: "Tuvimos a un hombre del Grupo Clarín durante 5 años como Jefe de Gabinete". De cara a 2011, no vaticina resultados, pero es categórico en un punto: "Que no venga ningún vendedor de helicópteros, porque nosotros no nos vamos antes de tiempo."
Carlos Kunkel es una de las espadas que el kirchnerismo tiene en la Cámara de Diputados. En diálogo con Revista Zoom, habló de Cobos, Alberto Fernández, Redrado, los 7 años de gestión kirchnerista y habló de los desafíos de cara al 2011.

—¿Qué quedó de positivo después de la novela de Redrado?

—Nosotros hemos tenido liberales en nuestro gobierno, unos cuantos, y eso que nos acusaban de ser sectarios. Tuvimos a un hombre del Grupo Clarín durante 5 años como Jefe de Gabinete y esa era una muestra de amplitud. Muchos nos lo reprochaban y tenían razón desde un punto de vista, pero lo que pasa es que no veníamos con una visión sectaria y pensando que esto era un partido de cuadros, una elite, que tenía que imponer su gente en todos lugares del gobierno. Tratamos de ser un gobierno que tuviera claro quién tenía el centro de decisiones del poder y que había sido elegido para la más alta magistratura. Y que hubiera gabinetes y equipos de trabajo con representación de distintos sectores, aunque estos expresaran intereses, ya que esto es innato en la política, pero a algunos esto les da vergüenza decirlo.

Había distintos sectores empresariales que podían tener representación e inserción y al mismo tiempo podían contribuir acompañando el proceso, porque estaba claro que no era un gobierno compartido de coalición. Era un gobierno presidencialista, donde la política la define el jefe del Gobierno y no una comisión de pares, sino quien tiene la responsabilidad de gobernar. Y a partir de allí, dispusimos de un modelo donde hemos puesto personas de distintas expresiones políticas. Si uno invita a una personalidad, que se supone que puede aportar en un área, sin cuestionarle su pertenencia a un partido político o agrupación empresarial, eso no es cooptar. En todo caso, es un problema de su partido. Era abrir a la participación de dirigentes que no eran de nuestro reducto y hubo muchos casos. Luego llegó la etapa en que algunos se alejaron del gobierno y se fueron con críticas, que en todo caso debieron formular en el momento que fueron propuestos para ocupar un cargo o durante el desarrollo del mismo. Hay quienes son obsecuentes mientras están en el ejercicio de la función y cuando consideran que se le están cortando las atribuciones delegadas se alejan rezongando y empiezan a criticar cosas que se hacían desde hace años y que nunca habían criticado. Me parece que es un muy mal ejemplo para la sociedad y para las futuras generaciones.

—¿La designación de Marcó del Pont marca un camino que apuesta a la producción?

—Sí y es un paso adelante. Siempre le tuvimos la mayor de las estimas por sus convicciones. Lo que nos caracteriza a todos los peronistas, sin diferencias de matices, es que nos plantamos frente a la realidad y tratamos de cambiarla. Mientras que hay otros partidos que un poco la sobrevuelan, los peronistas tenemos una vocación de transformar lo que tenemos por delante y hasta algunos lo hicieron regresivamente. Nosotros creemos que estamos haciéndolo bregando por las fuentes históricas, políticas, doctrinarias, ideológicas del peronismo fundacional, proyectado a la realidad que tenemos hoy en día. Mercedes Marcó del Pont, por su formación original desarrollista, siempre estuvo próxima al peronismo e incluso a las concepciones neokeynesianas, en cuanto a solucionar los problemas de la economía y de la ciudadanía a través de las medidas que se toman desde el gobierno. Esto nos parece una reafirmación. La conocía por sus escritos, sus manifestaciones en reportajes y sus críticas al modelo neoliberal en programas de televisión y algunos medios, y empecé a tratarla en el período que estuvo de diputada aquí y charlábamos con mucha confianza. Yo le pedía paciencia porque ella criticaba muchas cosas, pero como corresponde. Acompañó este proceso con mucha lealtad y después fue tomando mayores responsabilidades.

—A veces es difícil encontrar las personas adecuadas para un proyecto.

—Cuando asumió Néstor Kirchner la presidencia el 25 de mayo de 2003, se hablaba del Grupo Talcahuano, que era el único grupo que acompañaba y que eran 17 diputados. Esa era la representación parlamentaria con la que asumió. Peor fue en Santa Cruz: al asumir la gobernación Néstor tenía tres diputados que le respondían a él. A los pocos días dos vinieron con pretensiones no políticas y se quedó con uno. Nosotros, la Banelco nunca la vamos a usar. Y el helicóptero, tampoco.

—El proyecto de una nueva ley de entidades financieras está en carpeta, ¿es un proyecto necesario?

—Muchas transformaciones se tienen que hacer en lo institucional y en cada uno de los mecanismos de regulación e intervención del Estado, en el terreno de la vida productiva. Lo que nosotros vamos a hacer, en su medida y armoniosamente como decía el viejo y sabio General Perón, es ver en qué momento se va a tomar cada una de las medidas para ir avanzando. Tratamos, en todos los casos, de ir logrando consensos con aquellos sectores involucrados con el Estado y lo que tiene que quedar claro es lo que no podemos hacer, esa es la medida de cada grupo de acción. Vamos a tratar de impulsar los cambios, tratar de convencer y encontrar el mejor camino. A veces acertamos, cuando podemos encontrar consenso, y en otras no resulta como nosotros pensamos. Creo que de todos modos cada medida se puede analizar y ver qué intereses se van a mover a favor o en contra de ella. Hay que tener en cuenta que si el producto interno se expandió entre el 67 y 68 % y vamos a estar en el 70% para el 25 de mayo, es un crecimiento del producto bruto a lo largo de 7 años de gestión. Nunca en la Argentina, ni en la época de la colonia, ni en la independencia, ni en ningún momento se expandió tanto la producción argentina. Y nosotros vemos acá la actitud que han tenido los opositores, que en la mayoría de los casos son los mismos que han estado en gobiernos anteriores que generaron la situación que vivimos en 2002, que se ponen en contra sistemáticamente. Muchos de los discursos tremendistas que se escucharon en la Cámara son increíbles, habría que transmitirlos. Votaron todo en contra y no nos acompañaron en ninguna de estas leyes que hicieron posible esta recuperación del producto bruto interno. Entonces, si estaba todo mal ¿cómo crecimos igual? Seguramente podrán decir que esto se podría haber hecho mejor. Pero me quedaría mucho más tranquilo si los políticos opositores respetaran el rol esencial que tiene el gobierno, quien ha sido votado para gobernar el país. El rumbo lo pone quien tiene esas facultades, que es la presidenta o presidente de la Nación. No podemos discutir con algunos partidos que plantean que la renta grande se la lleven exclusivamente los sectores con parcelas con propiedad de tierra en la Argentina y que no compartan una parte del excedente de la renta agraria para el desarrollo homogéneo y armónico del conjunto del país. Cuando no llueve, no hay chacarero hábil que logre producir nada. Entonces hay cosas que son propias de nuestro territorio y ese beneficio que da la naturaleza, es natural que una parte la retenga quien tiene la propiedad del suelo y la otra parte se comparta para desarrollar una sociedad más armónica. Hay países que subsidian la actividad agropecuaria, como Brasil, que en sus tierras marginales tiene que ayudar y subsidiar con el excedente de la producción industrial para tener una soberanía alimentaria. Lo mismo pasa en los países de Europa. Acá es al revés, el excedente de la producción, por la diversidad de nuestro suelo, va a la industria.

Nosotros vamos a tratar la reindustrialización por la expansión productiva, por construir una estructura de bienes y servicios para que se pueda producir. Después podremos discutir cómo hacemos la producción energética, si hacemos un tramo u otro. O si aceleramos tal o cual central atómica o ponemos el acento en terminar una central hidroeléctrica. Nosotros vamos a hacer y no el opositor, porque nosotros tenemos la responsabilidad de gobernar.

—El Secretario de Agricultura planteó que el aumento de la carne está relacionado con la soja. ¿Qué balance hace del avance de estos cultivos sobre la ganadería y otras producciones frutihortícolas desde el conflicto hasta aquí? Es un tema que las retenciones no han solucionado.

—Nosotros tenemos una producción ganadera que históricamente se basaba en la buena calida de la pastura y del campo y eso en el mundo no existe. Es evidente que la expansión productiva de estos rubros, que tienen altísima rentabilidad, hace muy difícil que un chacarero no siembre soja. Lo que también es lógico es retener parte de esa súper renta para subsidiar otros sectores. Otro tema, es el compromiso que tenían los productores a los que se les permitía exportar carne manteniendo los precios internos y no cumplieron. Es muy simple, lo que quieren plantear concretamente es que los argentinos no comamos más carne, para poder exportar, como ocurre ahora en Uruguay.

—Todo en busca de la súper rentabilidad.

—Acá se habla mucho de la inseguridad jurídica… entonces hay que ajustar. Se habla de que hay 30.000 millones de dólares que se han ido para afuera y eso no lo sacó el gobierno, ni los ayudados por los planes de asistencia social, ni los jubilados a los que les dimos 14 aumentos, ni los pibes que reciben el subsidio, ni los trabajadores que se han beneficiado con las paritarias y la expansión productiva. ¿Quiénes los sacan? Son algunos señores con capital económico determinado. Es obvio que el gobierno, aunque puso controles, debe poner más para evitar el saqueo y si se llevan ese dinero no es porque tienen poca rentabilidad esos grupos económicos, sino que todavía tienen mucha. Dicen que el gobierno tiene la culpa, que quieren que cerremos la frontera y no dejemos hacer transferencias financieras al exterior.

—¿Cómo se maneja esta política constante de palos en la rueda de los medios y la oposición?

—Con perseverancia, trabajo y diciéndole la verdad al pueblo argentino, pese a las cortinas de humo y distracción que hagan los medios en los acontecimientos que se vienen. Ya muchísimos chacareros, a esta altura, se dieron cuenta que con la resolución 125, no como la había redactado el equipo de Felipe Solá, con Martín Losteau a la cabeza, sino como la corregimos en la Cámara de Diputados, le hubiera solucionado al sector infinitos inconvenientes. En cambio, con el voto no positivo de Cobos, le significó una transferencia de más de mil millones de dólares a los grupos más grandes y concentrados de los exportadores. Atrás de esto estaba la Sociedad Rural y sus alcahuetes de turno, ya que no existía la Mesa de Enlace: era la Sociedad Rural.

—¿Kirchner es fija para el 2011?

—Nosotros integramos una generación que tratamos de defender el estado de bienestar generado en la década del ‘40 y ‘50 de la década peronista. Nunca nos planteamos hablar de candidaturas, ni nada por el estilo, sino que nos proponíamos objetivos y recién ahora lo puedo contextualizar como una resistencia instintiva, cada uno en su lugar. Lo que estamos seguros es que, desde el lugar que nos asigne la ciudadanía con su voto en octubre del año que viene, vamos a seguir defendiendo nuestras ideas. En caso que analicemos dentro de un año cómo continuar este proceso de crecimiento de expansión productiva, de industrialización y de distribución de la renta, decidiremos cuál será la mejor opción. Hoy día Néstor Kirchner es el candidato, dentro de un año veremos cuál es la propuesta y supongo que si no cambian mucho las cosas será la misma. Por lo demás, cuando el 29 de junio estábamos en un acto de una inauguración en Florencio Varela y un colega de ustedes me preguntó cómo me sentía y le dije que bien, me contestó que cómo podía ser debido a la situación que estábamos pasando. Le contesté que no me podía sentir abrumado o peor que cuando llevaba un semana detenido, no me dejaban dormir, me tenían parado, esposado, encapuchado y me hacían simulacros de fusilamiento. Si no me quebraron en ese momento, no lo iban a hacer ahora. Porque nosotros podemos sentirnos cansados, pero no podemos darnos ese lujo por los que no están. Confío que la ciudadanía nos va a acompañar con su voto para seguir gobernando a partir del 11 de diciembre de 2011 y si han resuelto dar otra alternativa, que se queden tranquilos los trabajadores, los jubilados, los pibes de la asignación universal, que vamos a defender los derechos adquiridos. Para que sigan las convenciones colectivas de trabajo, para que no se vuelva a endeudar el país, para que no se vuelva a privatizar Aerolíneas Argentinas. Con mucha tranquilidad vamos a seguir trabajando. Que no venga ningún vendedor de helicópteros, porque nosotros no nos vamos antes de tiempo.

http://www.revista-zoom.com.ar/articulo3540.html

Roberto Koira y Juan Manuel Fonrouge para Revista Zoom

jueves, 18 de febrero de 2010

Galasso, la deuda y el Fondo del Bicentenario


La novela Redrado, Cobos, Clarín y el fondo del Bicentenario derivó en una discusión sobre si se deben utilizar las reservas del Banco Central para pagar la deuda externa, que se agudizó con la propuesta de Pino Solanas de efectuar una auditoría en el Congreso para dilucidar la legalidad de la misma. En ese marco, el historiador Norberto Galasso tuvo un cruce con InfoSur por la que se consideró agraviado. Esta publicación responde a Solanas y criticó al historiador por su postura con el tema de la deuda.
Galasso en su momento apoyo a Alejandro Olmos en el juicio en que denunció la ilegitimidad de la deuda y señaló que esta proviene en gran parte de la dictadura “pero sucesivos gobierno argentinos han tomado medidas sobre ella, en el 92 se hace el plan Brady o la impulsada por (Néstor) Kirchner, que implicó una quita”.
El historiador marca ahí la diferencia: “la deuda que impugnaba Olmos no tiene nada que ver con la actual. Además, los títulos se canjearon, como en el plan Brady, entonces creo que es casi imposible desentrañarlo. Si pudiéramos determinar que parte de la deuda es ilegítima, cómo fue cambiando de título en título a lo mejor ya se pagó esa parte”.
La postura de Galasso es similar a la presidenta Cristina Fernández sobre el tema y de allí sus diferencias con Proyecto Sur, “en su momento era lógico tratar de distinguir la deuda ilegal y ahora es prácticamente imposible. Además, los sucesivos gobiernos argentinos han aceptado la deuda, han negociado sobre ella, han pedido una quita y realizaron una especie de legalización”.
Sin embargo, el historiador fue más allá y realizó una propuesta que engloba al resto de América Latina: “Creo que la situación es distinta y que el argumento de Olmos, a quien le tenía un afecto y admiración, era correcto en su momento, pero ahora hay que favorecer la unidad latinoamericana y proponer que todos los países denuncien que fueron estafados y que no se paga”. Si la plantean en conjunto no es lo mismo que si lo plantea un sólo, que sería embargado, bloqueado y lo tratarían como un leproso. Para patear el tablero tenemos que ser varios porque en estas cuestiones lo único que vale es la fuerza”.
Para Galasso que la oposición este en contra del Fondo del Bicentenario es porque “el gobierno quiere utilizar parte del superávit fiscal para hacer una política social, y la oposición tiene miedo que si lo sigue haciendo, como con la asignación por hijo, con la cuota a los jubilados, les vayan a ganar las elecciones. Porque sino es un absurdo pensar que un hombre como Federico Pinedo, que ha jugado siempre por derecha y vinculado a los capitales externos, ahora se vuelva antiimperialista”.
El historiador sostiene que la propuesta de Solanas hubiese tenido sentido durante el gobierno de Raúl Alfonsín ya que “cuando inicia su gobierno dice que va a distinguir entre la deuda legítima e ilegítima, y realiza un allanamiento al estudio Klein-Mairal (que representaba a gran parte de los acreedores), y se hallaron una serie de pruebas. Después Alfonsín dice que no puede seguir adelante y paraliza la investigación porque podía paralizar las relaciones internacionales”. Desde Proyecto Sur esta postura de Galasso fue tomada como una claudicación de sus ideales y se lo hicieron saber desde su órgano de difusión InfoSur. La respuesta del maestro, viejo polemista, no se hizo esperar:
Desde INFOSUR me califican de “gran historiador”, autor de “un libro fabuloso”, “una obra clásica sobre la Deuda Externa”, al igual que la “maravillosa biografía San Martín” y me tratan reiteradamente de “querido compañero”, para, después, lanzarme esta baja puñalada: “¿Qué hacemos ahora con esas cuatrocientos páginas (del libro sobre la Deuda Externa)...?”, como diciendo: “nos las vamos a meter en cierta parte” pues el autor sería un traidor, se habría quebrado, estaría al servicio del gran capital financiero internacional.
Todo esto con motivo de que he sostenido que “ahora es difícil desentrañar la ilicitud de parte de la deuda” y que varios gobiernos le han dado “una especie de legalización” al renegociar sobre ella aunque igualmente “hay que investigar los ilícitos”, pero que lo más importante “es unir a América Latina en el no pago y patear el tablero” porque la cuestión no es tanto tener razón “sino tener fuerza”.

Curiosamente, la nota de Infosur prueba mi coherencia. Se inicia con una frase de mi libro: “La deuda ha operado como un instrumento de saqueo y sumisión semicolonial” (2002).Y concluye con otra declaración mía, actual: “Ahora hay que favorecer la unidad latinoamericana y proponer que todos los países denuncien que fueron estafados y que no se paga”.

La carta de contestación sigue y ella Galasso deja clara su postura y ratifica sus dotes de magnífico polemista, rasgo en el que es un continuador de la verba de Arturo Jauretche. En ese marco, un conjunto de agrupaciones decidió realizar una conferencia sobre Deuda Externa y Soberanía Popular en apoyo al historiador y en la que Galasso es el único orador.
La cita es en Sindicato de Sadop Nacional, de Perón 2625, el Jueves 18 a las 18:30 hs.
y la síntesis de la convocatoria es la siguiente:

Con el desafío de Martín Redrado a la autoridad presidencial se instaló en la sociedad argentina un importante debate: ¿cuál es el papel del Banco Central?

El inmediato apoyo que obtuvo Redrado en el sistema mediático, definieron claramente los campos. Sin embargo, hubo quienes, pretendidamente desde el campo popular y como supuesto aporte al debate, plantearon una cuestión lateral: ¿corresponde pagar la deuda externa, o no?

Ahora ¿de qué sirve denunciar la deuda externa si al mismo tiempo se niega al gobierno argentino, cualquiera sea su signo, el control de la máxima autoridad monetaria y financiera? En la respuesta a esta pregunta está hoy el núcleo de la discusión. Es un asunto de soberanía popular, condición previa para toda discusión sobre quién tiene que hacerse cargo de la deuda externa argentina.
Norberto Galasso, entre otros, planteó la cuestión con toda claridad, y alguna respuesta recibida rozó la calumnia. El Centro de Estudios para la Patria Grande, la Corriente Política Enrique Santos Discépolo, el Grupo MANZI, el Partido Patria y Pueblo y la Agrupación Compañeros hemos convocado a una discusión pública sobre el tema, porque la réplica que merecen los calumniadores es parte de un debate de fondo que creemos urgente.

martes, 16 de febrero de 2010

Otro golpe a la impunidad







El periodista y abogado Pablo Llonto siempre se caracterizó por su compromiso y valentía. Eso lo llevó a realizar el libro La Noble Ernestina (Punto de Encuentro, 2008) cuando hablar de la dueña del Grupo Clarín era más que un tabú. Ahora Pablo en otra valiente investigación, en este caso en su rol de abogado de Derechos Humanos, le dio otro golpe a la impunidad al desenmascarar al torturador Martín Rodríguez reciclado como profesor universitario. Una nota de Página 12 firmada por Diego Martínez describe los hechos de cómo este capitán del Ejército, conocido como Toro, termina en la cárcel después de 30 años:

Hace treinta años, como capitán del Ejército, Martín Rodríguez interrogaba a secuestrados en Campo de Mayo. Tras el retiro se recibió de licenciado en Ciencia Política en la Universidad Kennedy y se radicó en Salta. Fue entrenador de rugby del Jockey Club y dirigió la carrera de Relaciones Internacionales en la Universidad Católica, que encabeza el arzobispo Mario Antonio Cargnello. Una investigación de Pablo Llonto, abogado de los hijos del ex diputado Diego Muñiz Barreto, permitió identificarlo. Ayer, con 63 años y media vida impune, se presentó bolsito en mano en el juzgado de San Martín, a cargo de Juan Manuel Yalj. Dos horas después salió con esposas, que mostró con odio ante el fotógrafo de Página/12, y ya pasó su primera noche en el penal de Marcos Paz.

“Su nombre de guerra era Toro, pertenecía a uno de los grupos de tareas más temidos”, contó el ex sargento Víctor Ibáñez años atrás. “Terminó procesado por un asunto de robos de autos. Entre sesión y sesión de tortura les hacía firmar a los prisioneros un formulario de transferencia para quedarse con los vehículos”, recordó el ex guardia de El Campito.
La segunda pieza la aportó Juan José Fernández, secuestrado junto a Muñiz Barreto en febrero de 1977. Ambos pasaron por las manos de Luís Patti y luego fueron trasladados a El Campito. El 6 de marzo, adormecidos, fueron arrojados al fondo de un arroyo en el interior de un Fiat 128. Fernández sobrevivió y, antes de exiliarse, declaró ante un escribano. Dejó constancia de un diálogo telefónico que escuchó en cautiverio:
–Habla el capitán Rodríguez, comuníqueme con el coronel Sambrano –grabó en su mente.
Luego el capitán transmitió información arrancada bajo torturas. Con esos datos, Llonto preguntó al Ejército cuántos capitanes Rodríguez había en Campo de Mayo en 1977. Respuesta: uno. Citado a declarar, Ibáñez no dudó al ver la foto del represor. “Era el más salvaje”, agregó.
Ayer a las once, con barba crecida, remera y saco gris, Rodríguez se presentó ante el juez. Ante la ausencia del fiscal Jorge Sica, declaró sólo ante Yalj y su secretario. Tres horas después salió esposado. “No vas a tener perdón”, le gritó Juana Muñiz Barreto, que perdió a su padre cuando tenía quince años. Rodríguez se subió al patrullero y, a diferencia de Luís Patti, que se cubría las esposas, mostró las suyas para la foto.
“El
corazón me latía fuerte –contó luego Juana–. Ahora siento paz: la satisfacción de haber logrado algo por lo que venimos batallando hace tiempo, la tranquilidad de saber que ya no está entre nosotros como un profesor respetable. Siento haber cumplido con mi deber de hija. Pensé todo el tiempo en mi papá, en lo feliz y agradecida de haberlo tenido quince años, en el orgullo que siento por su valentía, y estoy segura de que él estaría orgulloso de su hija”, confesó. “También pensé en mis hijos: éste es el mejor legado que puedo dejarles”, concluyó. Llonto se mostró satisfecho “porque en un mes, después de años de investigación, cayeron dos de los torturadores más salvajes de Campo de Mayo”. El otro es Carlos Somoza, alias Gordo, ex interrogador del Batallón 601.
Rodríguez nació el 14 de marzo de 1946 en Posadas, Misiones. Cuando se produjo el golpe de Estado era teniente primero. En diciembre de 1976 ascendió a capitán, grado que anteponía a su apellido y que permitió identificarlo. En 1976 y 1977 alternó destinos entre la Escuela de Servicios General Lemos y el Comando de Institutos Militares. Sus calificaciones a fines de 1977 demuestran que tenía un óptimo concepto por parte de sus superiores. “Un brillante oficial que prestigia al instituto”, escribió el coronel Eugenio Guañabens Perelló, que ahora afronta su primer juicio por crímenes de lesa humanidad.
El decano de la Facultad de Derecho de la UCA salteña, Armando Isasmendi, se enteró de la detención por Página/12 y dijo ignorar la citación judicial. “Sabíamos que estaba por declarar y estábamos a la expectativa de ver qué sucedía”, admitió segundos después Martín Andrés Rodríguez, homónimo y director de la carrera de Relaciones Internacionales.
–¿Lo sorprende la noticia?
–Y... sí, uno sabe que son militares de esa época, pero dice “son profesores”, mejor no meterse en esos temas.
–¿Muchos militares como profesores?
–Sí, la UCA tiene relación con Ejército y Gendarmería. También por el perfil de las materias: geopolítica, estrategia.
Un ex alumno consultado por Página/12 recordó a Rodríguez como “una persona querida, muy correcto”. “No era un defensor de los derechos humanos pero tenía posiciones racionales –recordó–. Muchas veces comentaba cosas de la dictadura pero nunca hablaba de su propio rol. Sólo decía que debía actuar la Justicia.”

http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/elpais/1-140207-2010-02-13.html

Esto es el testimonio de que con valentía y decisión la impunidad puede caer a pesar de los años. Y que también el apoyo de Estado es fundamental para llegar a la verdad y la justicia, sin una falsa reconciliación basada en la mentira de los genocidas. Es que 30.000 nos miran desde arriba y ellos dieron su vida para un país más libre, justo y soberano.