La nueva ley de Radiodifusión, luego del cimbronazo de la 125, parece haber quedado en el olvido para el gobierno de Cristina Kirchner. Sin embargo, muchos actores importantes de la comunicación afirman lo contrario: que el proyecto no está muerto y que la ley hay que militarla y discutirla para crear las condiciones para su presentación y posterior aprobación. Es increíble que después de 25 años de democracia y el avance de las comunicaciones todavía Argentina se rija por una ley de la Dictadura militar genocida.
Entre los que creen que la batalla recién comienza están el interventor del COMFER, Gabriel Mariotto; el titular de TELAM, Martín Granovsky, y el periodista de Radio Cooperativa y colaborador de ZOOM, Tato Contissa. Los tres participaron de una concurrida charla debate organizada por el Movimiento Patria para Todos en ATSA donde expusieron sus opiniones y conceptos para llegar a lo más ansiado: una Nueva Ley de Radiodifusión.
El primero en tomar la palabra fue Contissa. “Por esta ley tenemos un pueblo que en lugar de ser actor resulta espectador y en este punto crucial debe iniciarse un debate. Y así convertir a ese espectador en actor de nuevo, porque si la naturaleza del hombre sigue siendo la misma, esta cuestión no debe ofrecer ninguna dificultad”.
“La opción es mercado o cultura -amplió Contissa para dejar en claro su posición- y si queremos tirar para el segundo palo de esta opción tenemos que dejar de ser espectadores y no esperar que todo surja de la decisión política de un gobierno. Hay que saber acompañarlo con una actitud militante”.
Luego soltó una perlita sobre la verdadera cara de los medios concentrados cuando contó el siguiente episodio. “En un encuentro que hizo Avelino Porto en la Universidad de Belgrano a principios de los noventa, Héctor Magnetto, CEO del Grupo Clarín, dijo: la función de los medios no es la verdad sino la noticia. La verdad es un asunto de los historiadores y los medios tenemos el derecho de disputarle a la política la mediación”.
Evitar la concentración, garantizar la diversidad cultural
Martín Granovsky puso énfasis en la articulación de la política y la militancia para lograr el objetivo de sacar la ley. Y profundizó el concepto cuando describió: “Ley como marco, política como necesidad y militancia articulada a la política desde el Estado. Y si no existe esta interacción entre el Estado, las organizaciones sociales, la militancia política y los diferentes actores, el riesgo general es que será muy difícil su sanción, ya que es una ley que básicamente tiende a evitar la concentración y a garantizar la diversidad cultural”.
Para el titular de Telam, con aprobar la ley no alcanza ya que “corremos el riesgo de que en la práctica no sea cumplida porque justamente las condiciones de mercado llevadas a su libertad más absoluta, y sin políticas posteriores, será solamente un cambio de ley que nos costará mucho pero no se verán los beneficios”.
Granovsky no suscribe la idea de que los avances tecnológicos democratizan en sí mismos: “también pueden significar concentración. Se van a democratizar los medios si lo empujamos nosotros. Por eso estamos comenzando de otra manera: con el debate y no con el envío de la ley. Esta situación nos obliga a construir política. La idea es que con esta nueva ley haya espacio para todos. El punto es que el espacio para todos, sea realmente para todos y no para los mismos, lo que sería una ficción. La nueva ley no es antimedios. Si así lo planteamos, perdemos aunque ganemos en el Congreso. Social y políticamente, ese es un riesgo”, concluyó.
“La agenda política se rindió ante los grandes medios”
Para el Interventor del COMFER, la clave está en que “la política y la militancia tienen que dar la batalla para que lo nuevo nazca democratizado y repartido de forma que todo el mundo pueda tener voz y opinión. Todos los sectores se tienen que sentir representados y por eso es el momento de la Nueva Ley de Radiodifusión. No solo para salir del corset censor de la dictadura militar, sino para que el paradigma de hoy, que es la digitalización, esté democratizado. El Estado es el único que lo puede garantizar con otra ley”.
Según la visión de Mariotto, “la agenda política se rindió ante los grandes medios y les cedió las iniciativas. Ahora, después del 2001, al estar la política en el centro de la escena, debe recuperar una legislación que logre que todos los ciudadanos tengan libertad de expresión. De otro modo, volvemos al viejo concepto que definió Jauretche en la década del ‘60: libertad de prensa o de empresa. La libertad de prensa es una decisión empresarial con un grupo de profesionales periodistas a bajo sueldo que intenta conformar al patrón. Entonces debemos perseguir la libertad de expresión”.
“Parece ya un hecho natural la concentración de medios en Argentina -amplió Mariotto- y es muy difícil democratizar cuando hay un Estado que se retiró porque la política se entregó a los medios de comunicación. También eso nos llevó a esta crisis”.
Una de las consecuencias de la concentración deriva, según Mariotto, en la manipulación de la realidad. “La estigmatización que realizan los medios con toda manifestación popular y la sumatoria de poder atenta contra una construcción colectiva y natural de los pueblos. ¿Cómo hacemos para reconstruir esta situación sin los medios?”, se preguntaba el interventor del COMFER a modo de reflexión general.
En el final, el decano de la Facultad de Ciencias Sociales de Lomas de Zamora dejó claro el compromiso del Gobierno y convocó a seguir militando por una nueva Ley. “Tenemos todas las herramientas y la voluntad política para construir las condiciones objetivas del tratamiento en el Congreso. Un grupo de compañeros que en la Universidad de Buenos Aires dan un seminario de democratización de la comunicación, otro grupo de compañeros hablando de estos temas en el gremio de Sanidad, son un grano para los medios. Entonces la forma es construir desde abajo, como marca la Biblia de Zitarrosa”.
www.revista-zoom.com.ar/articulo2834.html
Por Roberto Koira para Revista Zoom
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