viernes, 20 de marzo de 2009

“La Doce o los Borrachos del Tablón, generan en los hinchas una seducción muy fuerte”


Los recientes enfrentamientos entre hinchadas y la violenta interna xeneize entre los sucesores del Rafa Di Zeo se incorporaron a la agenda mediática de la inseguridad de los últimos días. Mientras Macaya Márquez editorializa en Fútbol de Primera acerca de la ineficacia del Estado para brindar seguridad, el Subsecretario de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos habló con ZOOM sobre la responsabilidad de dirigentes y futbolistas, de la admiración del hincha común por la cultura del aguante y detalló los alcances del padrón único de hinchas que cambiará la manera de ir a la cancha a partir del año próximo.
El doctor Pablo Paladino, Subsecretario de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos, conversó con Revista ZOOM acerca de la violencia en el fútbol, un cliché pocas veces abordado teniendo en cuenta el contexto económico y sociocultural y que en la actualidad los medios masivos han incorporado en el menú de miedos públicos. Una de las medidas que el Estado nacional prevé para erradicar la violencia en las canchas es crear a partir de 2010 un padrón de hinchas y que la venta de entradas se realice por anticipado, para cortar el negocio de la reventa, una de las mayores fuentes de ingresos que tienen las hinchadas.

Paladino le tiene una enorme fe al padrón de los hinchas, ya que lo considera “un avance importante para el mejoramiento de la calidad de la seguridad en los espectáculos futbolísticos. Este proyecto lo llevó a cabo la Universidad Tecnológica Nacional a pedido de la AFA. Es un sistema que consta de diferentes etapas. En la primera, todos los hinchas que quieran ir a los partidos de primera división deberán estar empadronados en una base de datos, que va a tener que cumplir con todos los requisitos legales y formales que establece la Dirección Nacional de Protección de datos personales”.

Según lo describe el subsecretario minuciosamente, “una vez que estén todos empadronados con su foto, su huella digital, su nombre y su número de documento, se les va a emitir una tarjeta que se va a llamar RFID, que le va a permitir ingresar a cada persona en un cajero automático, posicionarse en cualquiera de las fechas del campeonato y adquirir la entrada en forma anticipada. Esta tarjeta y la base de datos no tendrán ningún otro dato sensible que tenga que ver con su historial ya sea patrimonial, judicial o social”.

Y agrega que “al adquirir la entrada, esta se cargará en la tarjeta. El día del partido, en el cacheo, habrá un lector óptico que controlará si la tarjeta está cargada en esa fecha con la entrada correspondiente. Luego se ingresará a través de unos molinetes de alta seguridad de piso a techo con la tarjeta y la huella digital que certifica y que constata que el mismo que entra es el mismo que está empadronado. Lo que significa que si se quisiera empadronar uno que tiene antecedentes judiciales o que tiene prohibido entrar a la cancha, no podrá ingresar y no podrá pasar por otro”.

—¿Sin chequear la huella no puede pasar?

—No puede, y esto nos sirve cuando un club ejerce el derecho de admisión o existe cualquier sentencia de prohibición de concurrencia para un espectador que determine el juez, por lo que automáticamente no se le vende la entrada. Esto posibilita tener identificado a todo el mundo en la cancha. Y aquel que no puede entrar a la cancha, no puede comprar el ticket, ya que no va a haber entradas en la calle. Así también se corta la reventa y las entradas de favor. Todo el mundo va a tener que pagar su entrada y entrar con ella a la cancha, mostrando su huella digital. Conceptualmente, este es el proyecto. Nosotros creemos que es un avance en la lucha contra la violencia en el fútbol.

—¿Este sistema no juega con el control de los datos de una persona y su privacidad?

—No, únicamente se podrá llevar a adelante la base de datos si cumple con todos los requerimientos legales de cualquier base de datos que tenga, por ejemplo, un banco o una empresa de telefonía.

—¿El impedimento para que una persona no pueda acceder es que tenga antecedentes judiciales?

—Exacto, o una prohibición de concurrencia establecida por una imputación de una causa de la ley del deporte. O aquel organizador que le aplique a alguien el derecho de admisión. El organizador tiene facultad por ley de excluir a un espectador basándose en el derecho de admisión, esas son las dos instancias por las cuales podés dejar afuera a un espectador.

“Nunca tuve ninguna solicitud de un directivo para beneficiar a las barras”

—En este marco, ¿qué función cumplen los veedores de la Subsecretaría?

—Los veedores me informan a mí, el subsecretario, cómo han entrado las parcialidades, los micros de los planteles y dirigentes. Son mi cara en las canchas, es decir que son la información propia que maneja la subsecretaría, sin depender de los clubes o del operativo policial.

—La versión propia de los acontecimientos.

—Exactamente, la versión oficial de los veedores es la versión del Estado sin ningún tipo de interés parcial.

—¿Qué trabajo se hizo con las hinchadas? ¿Se encontraron orgas delictivas en esos grupos? ¿En qué se diferencian de las que están fuera de la órbita del fútbol?

—Nosotros lo que hacemos está dentro de lo que es estrictamente el espectáculo futbolístico. Allí seguimos los acontecimientos e investigamos a las barras para evitar que sucedan hechos de violencia, desmanes, delitos o contravenciones. Después, la Justicia y la Policía Federal, en el cumplimiento de sus funciones, también investigan a esas organizaciones que se dedican al delito. Puede pasar que una organización o delincuente que se dedica al delito común también sea parte de una hinchada. Ahí sí nosotros tenemos la información para dársela a la justicia, la acompañamos en el momento. Nosotros le damos todas las herramientas con las que contamos a la justicia y a la policía, de acuerdo a quien lo requiera, ya sea un delito común o uno relacionado con la ley del deporte.

—Con respecto a las hinchadas, ¿ustedes buscan tener control solo cuando ellos van a la cancha o pueden monitorearlos extra partidos?

—No tenemos trato, lo que hacemos es encapsularlos para brindarles seguridad a aquellos ciudadanos comunes que viven, tienen un negocio o transitan para ir a una cancha, en el trayecto hacia el estadio, en los accesos y en la vuelta al estadio. La buena conducta para nosotros es aquel que va a la cancha y no genera hechos delictivos. Nosotros requerimos también que la justicia tome un rol dinámico. Necesitamos que aquellos que cometen un delito sean responsables y que lo paguen en la justicia.

—Hay una gran interrelación entre los dirigentes, las hinchadas y la política. ¿Cómo evaluán estos vínculos?

—Desde que asumí la subsecretaría, no he tenido ninguna solicitud de algún directivo para beneficiar a alguna de las barras. Lo que hablamos siempre con los dirigentes es la necesidad de que todos los actores del fútbol y el Estado pongamos lo mejor de nosotros para erradicar la violencia. Habrá quienes todavía tienen algún grado de relación y ellos sabrán hasta dónde llega esa relación. Nosotros no hemos tenido requerimiento alguno, ni tampoco limitación del poder político, ya sea del ministro o de la presidenta para avanzar en este camino.

El control a los dirigentes

—Todas las medidas son dirigidas a controlar a los hinchas. ¿Tienen algún proyecto que incluya monitoreo a los dirigentes?

—Nosotros tenemos el Programa Ejemplo, en el que hay un grupo de docentes, sociólogos y psicólogos con los que brindamos educación, capacitación y concientización. Lo estamos desarrollando para los dirigentes y también para los periodistas, porque ellos, con la consigna de que lo único que sirve es ganar y todo vale, son también coparticipes de la generación de violencia. O los jugadores de fútbol, que con sus actos generan reacciones violentas, o los árbitros, o los técnicos. Se habla de los hinchas, pero los otros actores también son generadores de violencia. Nosotros hicimos una encuesta: sobre 1.500 casos, el 50% va a la cancha; de esos, la mitad piensa que los responsables de la violencia son los dirigentes. Con el Programa Ejemplo debemos capacitar, educar y concientizar a todos los actores del fútbol, no sólo a los hinchas, y así vamos a resaltar a los que actúen bien.

—Este programa prevé que el Estado actué de alguna manera como denunciante. En el caso concreto de Aguilar, el presidente de River, la justicia comprobó que él les dio participación a los hermanos Schenkler en los negocios de River.

—La ley dice que aquel que fomente o que facilite, es cómplice de aquellos que generan violencia. Ahí la justicia está funcionando naturalmente. Nosotros primero vamos a darles como Estado el respaldo a los dirigentes, que ante la extorsión o la amenaza tienen a la justicia y al Estado para apoyarse. Yo era dirigente de fútbol (en Los Andes). Cuando los tipos te apretaban e ibas a hablar con el comisario, este miraba para otro lado. Entonces me iban a investigar a mí: si yo les daba entradas. Cuando íbamos a hacer la denuncia, nos prendían fuego los autos. Entonces, vamos a demostrar que el Estado puede dar garantías, para que los dirigentes hagan las cosas como corresponde. Pero si generamos las condiciones y el dirigente le abre la puerta a los barras, será el responsable.

—¿A los dirigentes las hinchadas se les fueron de las manos?

—Sí, los dirigentes no quieren saber nada, los que tienen relación es por miedo. Cuando hablan de la política y las barras, hoy no lo veo posible. Son un problema social muy fuerte y tipos que tienen problemas con las drogas. No es que vos los podés llevar a un acto de la agrupación política tuya, ya que eso te trae después como correlato la extorsión permanente y tenés que seguir atado a esos tipos. No creo que haya gente que quiera vivir una situación como esa.

“En nuestra sociedad, la culpa siempre es del otro”

—¿Cuáles son las fuentes de financiamiento de las barras?

—El poder real lo tienen dentro de la cancha. Si vos los sacás de ahí, van a buscar el negocio en otro lado, porque afuera no hay negocio. El problema es la idiosincrasia nuestra, que es muy complicada. No hay tipo (no hablo de ningún delincuente) que vaya a una cancha de fútbol y que no se jacte de la barra que tiene. Y si un hecho de violencia es contra el adversario, el 90% lo festeja como si fuera un triunfo deportivo. Entonces, está todo atado, no es que solamente el barra brava genera la violencia de hoy en el fútbol. Hablamos de los dirigentes, de los jugadores. Los jugadores van a las peñas y esa es una fuente de financiamiento. ¿Sabés cuánto recauda La Doce cuando van a una peña Palermo o Riquelme? En nuestra encuesta, ninguno de los entrevistados les imputa a los jugadores que sea cómplice de las barras bravas. Sin embargo, la gente apunta a los dirigentes, que son los políticos, o al periodismo, y jamás a los jugadores. Ahí tenés la hipocresía. Todo el mundo tendría que chiflar a los barras desde que empieza el partido hasta que termina y no lo hacen, al contrario. Cuando el quilombo te arrastra a vos porque se agarraron a trompadas y está tu hijo, son los violentos. Ahora, cuando viene la Doce o los Borrachos del Tablón, generan una seducción tan fuerte en todos los hinchas de fútbol, que asusta.

—¿Se mezcla con el prestigio que da la cultura del aguante que impera en las canchas?

—Entonces, todos los que lo festejan cuando van a la cancha tienen que ser un poco responsables cuando ellos matan a un tipo, porque las barras no tienen ningún límite. Todos los que festejaron durante tanto tiempo a estos muchachos son responsables. Andá a decirle a esa gente que es responsable, te dice: “yo no, soy empresario, docente, profesional no tengo nada que ver”. Es parte de la idiosincrasia del argentino, la culpa siempre es del otro, es parte de la realidad en que vivimos.

www.revista-zoom.com.ar/articulo2951.html

Por Roberto Koira para Revista Zoom

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