domingo, 17 de mayo de 2015

Con la eliminación de la Copa, Angelici perdió terreno en busca de su reelección

Pese a conseguir que Boca no sea sancionado más severamente con la suspensión de La Bombonera y de quedar marginado de las competencias internacionales por un año, el presidente xenieze igual quedó en el ojo de la tormenta.
Con la eliminación de la Copa Libertadores el presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, sufrió un duro golpe en busca de su reelección en diciembre debido a que armó un plantel de estrellas que no tendrá ningún torneo internacional de acá a fin de año.

Las competencias que deberá afrontar el plantel xeneize serán el torneo local, está puntero con 28 unidades, y la Copa Argentina donde enfrentará a Huracán Las Heras de Mendoza.

Demasiado poco para un equipo que incorporó desde Europa a Daniel Osvaldo (Inter), Pablo Pérez (Málaga), Marco Torsiglieri (Metalist Kharkiv), Gino Peruzzi, Alexis Rolín y Fabián Monzón (todos de Catania), que trajo a un arquero suplente de lujo como Guillermo Sara (Betis) y desde Brasil al cotizado enganche uruguayo Nicolás Lodeiro (Corinthians).

A Osvaldo solo le quedan los partidos ante Aldosivi de Mar del Plata, Vélez Sarsfield y Newell's Old Boys para jugar en el club de sus amores antes que su vínculo con el club llegue al final. Habrá que convencerlo para que se quede ante el escueto calendario boquense y encarar una difícil negociación debido al alto precio de su pase.

Tras la rápida eliminación en la Libertadores tampoco el plantel podrá levantar la cotización de sus futbolistas entre los que se destacan Marcelo Meli, Jonathan Calleri y Andrés Cubas, como los más potables para emigrar. La salida del devaluado Juan Manuel Martínez sería más una solución ante la superpoblación de delanteros que una buena entrada de dinero para el club, lo mismo si se va el tercer arquero Emmanuel Trípodi.

El traspié copero lo deja a Angelici lejos de su otra pretensión que es escalar alto en el seno de la Conmebol y con ganas de renunciar a su cargo de vicepresidente segundo de la AFA. Su viaje a Asunción del Paraguay, donde funciona la máxima entidad sudamericana, atenuó las sanciones previstas para el club, pero no impidió la eliminación en manos del máximo rival, River Plate.

El presidente boquense es mirado con recelo por el hincha que lo culpa de las malas salidas de Juan Román Riquelme y Carlos Bianchi, de la ausencia de un título internacional en la vitrinas de la institución durante su gestión y el polémico manejo de las entradas para los partidos del equipo con los socios.
   
Lo concreto es que Boca solo perdió un partido oficial en el año, pero los cuestionamientos alcanzan al entrenador Rodolfo Arruabarrena por sus decisiones en el superclásico, al cuerpo médico del club por algunas lesiones de jugadores (como en el caso de Cubas o Cristian Erbes) y a Angelici que fue preso de sus promesas de campaña, que daban al regreso del macrismo como la vuelta a los títulos internacionales.

Ahora el xenieze debe barajar y dar de nuevo con el solo objetivo de lograr el campeonato y la Copa Argentina. Demasiado poco para un plantel armado para repetir los años gloriosos de ciclo de Carlos Bianchi y compañía. 

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