9 de octubre de 1967: el suboficial Mario Terán mata a sangre fría, por orden de los generales René Barrientos y Alfredo Ovando más el aval de la Cía y la Casa Blanca , a Ernesto “Che” Guevara. Fue en la escuela de La Higuera y el Che no cerró sus ojos después de muerto, para así continuar acusando a su asesino. Casi cuarenta años después, el hijo de este suboficial del ejercito Boliviano se presentó en el periódico "El Deber", de Santa Cruz, en Bolivia, con el súplica de que publicaran una nota de agradecimiento a los médicos cubanos que habían recuperado la vista a su anciano padre, tras intervenirlo quirúrgicamente de cataratas, mediante la Operación Milagro.
En La Higuera cuando recibió la orden de sus jefes, Mario Terán necesitó acudir al alcohol para llenarse de valor y poder cumplirla. Él mismo relató, después a la prensa que estaba alrededor del cadáver, que en ese instante temblaba como una hoja ante aquel hombre al que vio como "grande, muy grande, enorme".
Porque en ese momento el Che, herido e indefenso y que esperaba sentado en el piso, lo contempló indeciso y temeroso, y tuvo todo la valentía que no tenía su asesino para abrirse la ajada camisa verdeolivo, descubrirse el pecho y gritarle: "No tiembles más y dispara aquí, que vas a matar a un hombre ".
Mario Terán, ahora, no tuvo que pagar un solo peso por haber sido operado de cataratas por médicos cubanos en un hospital donado por Cuba e inaugurado por el presidente Evo Morales, en Santa Cruz.
Anciano ya, podrá volver a apreciar los colores del cielo y de la selva, disfrutar la sonrisa de sus nietos y presenciar partidos de fútbol. Pero seguramente jamás será capaz de ver la diferencia entre las ideas que lo llevaron a asesinar a una persona a sangre fría y las de ese hombre, que ordenaba a los médicos de su guerrilla que atendieran por igual a sus compañeros de armas que a los soldados enemigos heridos, como siempre lo hicieron en Bolivia, al igual que antes lo había hecho en las montañas de la Sierra Maestra, por órdenes estrictas del Comandante en Jefe Fidel Castro.
Recuerden bien este nombre: Mario Terán, un hombre educado en la idea de matar que vuelve a ver gracias a los médicos seguidores de las ideas de su víctima.
A cuatro décadas de que Mario Terán intentara con su crimen destruir un sueño y una idea, Che vuelve a ganar otro combate. Y continúa en campaña.
Fuente: Héctor Arturo, GRANMA
www.causapopular.com.ar/article1880.html
Por Roberto Koira, especial para Causa Popular
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