domingo, 13 de abril de 2008

La otra cara del paro agropecuario: "Queremos trabajar"



Más allá de la disputa entre el gobierno y el sector agropecuario por las retenciones, el lock out patronal afectó a muchos trabajadores y no sólo por la falta de alimentos por los bloqueos. Fue la parte del paro que no se vio y de la que pocos hablan o de la que los medios le dieron poca atención. Este fue el caso de los obreros de los mataderos y frigoríficos que, al no ingresar vacas al mercado durante el lock out, ya no tenían producción y sus ingresos fueron escasos o nulos. Revista ZOOM estuvo con los trabajadores del Matadero y Frigorífico Recuperado “La Foresta”, situado en Virrey del Pino, para conocer esa realidad que muy pocos quisieron ver.

El miércoles 26 de marzo comenzó en la Unidad Productiva Recuperada con 30 vacas para faenar después de 5 días sin faena bovina. Esto es nada comparado con los 2.700 animales semanales que hace el matadero y frigorífico en épocas normales (alrededor de 540 por día). Semejante cuadro se debía a que el Mercado de Liniers llevaba casi dos semanas sin operar a raíz del paro agropecuario.

Antes de comenzar con la tarea, los trabajadores realizaron una asamblea para decidir qué hacer ante el sombrío panorama. Así los uniformes blancos comenzaron a copar la escena y alrededor de un árbol se juntaron los 200 laburantes de la planta. En sus caras se notaba la preocupación por una situación que los tenía como rehenes y de la que surgían dos opciones: esperar a que se solucionara el conflicto sin tomar ninguna medida o tomar cartas en el asunto para hacer conocer la situación que vivía el sector.

A medida que la asamblea se desarrollaba, quedaba en claro que sin trabajar era imposible pagar la cuenta de luz del mes, que llegaba a la suma de $82.000 pesos. Y que si se sumaba a la del próximo mes la cuenta iba a llegar a $182.000. Todo esto bajo la amenaza de que Edenor en cualquier momento cortara el suministro por falta de pago.

Los trabajadores no tienen colchón para aguantar el paro y viven de lo que producen. La situación era desesperante. A esto se suma que, por esta causa, ningún trabajador puede hacer un retiro de dinero para hacer frente a las necesidades cotidianas y que la Unidad Recuperada entraba en crisis de pagos, frente a las obligaciones que empezaban a vencer. Todavía hoy no hay un cálculo real de cuál fue la pérdida de los actores que le dan valor agregado a los productos del campo y otros que se vieron afectados por la medida. El lock out generó crisis en lugares donde no la había. De esto, los medios hicieron oídos sordos.

Durante la asamblea, Chiqui Díaz y el Gaucho Yaquet hicieron uso de la palabra. Para ellos lo más importante era conservar la unidad de los trabajadores y por eso todos decidirían los pasos a seguir. La opción que ganó fuerza fue la de movilizarse ese viernes al Ministerio de Trabajo y contactar a los trabajadores de los distintos frigoríficos de la zona oeste.

Por la tarde, Chiqui, el Gaucho y Christian Montiel de La Foresta se reunieron en González Catán con los delegados de los trabajadores de distintos frigoríficos de la zona, entre los que estaban Mario Soria, Adrián Aranda y Gustavo González, y lanzaron la propuesta definida en la asamblea: realizarían para el viernes una marcha al Ministerio de Trabajo para explicar la situación de los trabajadores del sector. El jueves, a través de distintas asambleas en los demás frigoríficos, se ratificó lo decidido el miércoles. La movilización ya era un hecho.

La jornada de aquel viernes en La Foresta comenzó temprano. Los trabajadores empezaron a llegar a la planta recuperada e iniciaron los preparativos para la marcha. Un grupo llevaba una gran bandera argentina con una consigna pintada en aerosol: “Queremos Trabajar, basta de Lock out patronal”. Se subieron a los micros y en la ruta 3 se les sumaron los trabajadores de los demás frigoríficos, entre los que había obreros en relación de dependencia y de las fábricas recuperadas. En total estaban representados 10 establecimientos de la zona oeste de la Provincia de Buenos Aires y Capital Federal. La última parada antes de llegar a destino fue un frigorífico de la ciudad de Buenos Aires, pero allí surgió un problema: esos compañeros estaban cumpliendo la garantía horaria y el dueño no los dejaba ir a la movilización. Entonces los trabajadores presionaron y lograron torcerle el brazo al patrón que resignadamente aceptó que fueran a la marcha. Así ya no quedaban obstáculos para la parada final: el Ministerio de Trabajo.

Los micros llegaron a la plaza de Leandro Alem y Tucumán. Allí se hizo una asamblea de los 400 trabajadores movilizados. Se remarcó el objetivo de la movilización y se cortó la avenida Alem para marchar hacia el Ministerio de Trabajo. Era una marea de gente vestida de color blanco que caminaba entre bombas de estruendo y otros elementos de pirotecnia. Presidía la movilización esa gran bandera argentina con la consigna “Queremos trabajar”.

En el Ministerio los recibió Jorge Schuster, asesor del Ministro de Trabajo, y pasaron para dialogar un representante por cada planta, entre los que estaban Mario Soria, Adrián Aranda, Gustavo González, Christian Montiel y Marcelo Yaquet, representantes de los Autoconvocados Trabajadores de la Carne. Entre los puntos conversados se destacaron:

1. El pago de las garantías horarias disminuye el jornal de la trabajadora y el trabajador en un 40%.

2. Los trabajadores contratados por agencia no percibían las garantías horarias.

3. El retiro de los trabajadores de las unidades productivas recuperadas (UPR) era cero.

4. Amenazas de suspensión en los Mataderos y Frigoríficos, de continuar la situación existente.

5. Crisis financiera de las UPR (Unidades Productivas Recuperadas).

Fuera del tema lock out, también se abordaron otras problemáticas, como las irregularidades de todo tipo por parte de las agencias de trabajo y el escenario irregular del Sindicato del Personal de Frigoríficos de Carne representado ilegítimamente por Juan Peretti. También las denuncias y los expedientes abiertos, en el área correspondiente del Ministerio, que no tienen curso alguno.

Al salir de la reunión, en la plaza se realizó otra asamblea donde los representantes informaron sobre los temas tratados. Se decidió hacer un comunicado de prensa explicando los objetivos de la movilización y para hacer más explícitos los reclamos. Estos fueron los puntos más destacados del comunicado:

Los Trabajadores Autoconvocados de la Carne decidimos marchar hacia el Ministerio de Trabajo porque entendemos que es el lugar donde debemos llevar nuestras inquietudes y necesidades, exigiendo que se respeten las leyes existentes.

También rescatamos los aspectos positivos de la movilización, decidida en las asambleas de base:

a) reconocimiento a los Trabajadores Autoconvocados de la Carne; manifestada en una próxima reunión para el jueves 3 de abril, para evaluar la situación nacional y las respuestas a las inquietudes y necesidades presentadas.

b) demostración de la capacidad de movilización, organización y decisión democrática de los trabajadores sin contar con ninguna estructura sindical, ni confederal, decidida el día anterior a dicha movilización.

Recuperar la dignidad y el sindicato para los trabajadores de la carne, es nuestro objetivo.

Cuando la movilización concluía y los trabajadores se encaminaban hacia los micros para regresar a sus hogares, un trabajador comentó algo que lo había dejado profundamente conmocionado: “vi una imagen con varias medía reses tiradas en el medio de una ruta cortada por los productores agropecuarios. Y me pregunté ¿qué dirían los poderosos y los medios si esta acción la hubiésemos llevado adelante los trabajadores?"

http://www.revista-zoom.com.ar/articulo2087.html

Por Roberto Koira para Revista Zoom

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