miércoles, 24 de noviembre de 2010

La lucha por la soberanía y la Vuelta de Obligado


No es casual que haya sido que el gobierno de la compañera Cristina Fernández de Kirchner el que impulsó a que se festeje el Día de la Soberanía. La batalla de la Vuelta de Obligado es una muestra cabal de la lucha de nuestro país contra el imperialismo y por eso fue una gesta arbitrariamente olvidada por la historia liberal. Era un mal ejemplo para los cultores del “granero del mundo”, que era una forma elegante de decir que éramos la granja en la que los ingleses conseguían baratos sus alimentos, mientras nos vendían a precios de oro el excedente de su stock industrial.

Hoy la Argentina tiene otro modelo, que se puede sintetizar como de desarrollo con inclusión. Y por eso no es casual que este gobierno peleé por la soberanía, ya que esta palabra está en muchas de las peleas que nos toca dar y también de las que ya dimos. Ejemplos sobran: cuando fue la disputa por la 125 luchábamos por la soberanía alimentaria, cuando se le pagó al Fondo Monetario se hizo para lograr soberanía económica, cuando en Mar del Plata se enterró al ALCA fue en nombre de la soberanía política, cuando se hacen políticas de inclusión social también se pelea porque el pueblo pueda ser soberano y decida por si solo sin que lo presione su estómago y sus necesidades insatisfechas.

Por eso, en ese acto el 20 de noviembre en la Vuelta de Obligado todo esto estaba en el aire junto a los espíritus libertarios de San Martín, Rosas, Mansilla, Belgrano, Moreno, Castelli, Monteagudo y tantos héroes anónimos que engrandecieron la historia argentina. La compañera presidenta, como siempre, marcó un rumbo con su discurso:

Yo quiero hoy aquí rendir homenaje y reconocimiento a esos hombres y a esas mujeres. Siempre me pregunto y siempre me preguntaré: ¿por qué en la escuela siempre nos han enseñado con muchísimo detalle cada una de las batallas, cada una de las campañas en las que nos permitieron liberarnos del yugo español y, sin embargo, se ocultó deliberadamente durante dos siglos todas las luchas que se dieron contra otros colonialismos que aún subsisten como, por ejemplo, en nuestras Islas Malvinas? Creo que no es casualidad, creo que es la de convencernos muchas veces que es imposible luchar o mantener la dignidad nacional.

Por eso yo creo que el mejor homenaje que podemos hacer a estos hombres y mujeres en el Bicentenario, a los 165 años de aquella gesta maravillosa, es, precisamente, entender la necesidad de la unidad nacional. No como un objetivo declarativo, sino como un instrumento para lograr definitivamente la construcción de una gran nación como soñaron Rosas, San Martín, Belgrano, Moreno, Castelli, Monteagudo, todos los hombres y todas las mujeres que lucharon por esos ideales.

Él también, sí, él también, (dijo esto cuando desde la tribuna nombraron a Néstor Kirchner) él y muchísimos más, más anónimos, menos reconocidos, tal vez, él representándolos, pero tantos argentinos que han dado sus vidas para vivir en una sociedad más justa, más libre, más igualitaria, más democrática, más de todos. Este monumento es para todos los argentinos y es de todos los argentinos.

Yo quiero saludar desde aquí a los más de 40 millones de compatriotas y convocarlos a nuevas gestas, que no va a ser necesario emplazar cadenas en el río ni cañones; será necesario despojar nuestras cabezas de las cadenas culturales que durante tanto tiempo nos han metido. Son más fuertes, más invisibles, más dañinas, más profundas que los cañonazos. Porque muchas veces nos hacen ver las cosas no con el cristal de la patria, sino con el cristal de los intereses de otros.

Por eso, quiero saludarlos a todos en este 20 de noviembre, que sea símbolo de unidad nacional, pero también de dignidad y soberanía para defender a la patria”.

Roberto Koira

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