El mal clima en el ´xenieze´ quedó evidenciado con la salida del presidente de la institución, Daniel Angelici, quien, con mala cara, se retiró hacia el micro, ocultándose de los flashes y cámaras de la prensa apostadas en el lugar.
Después se sentó en la cabecera del ómnibus que traslada al plantel y esperó a Falcioni, quien le dedicó una sonrisa de ocasión. Lo cierto es que los dos conversaron ante la presencia de Juan Carlos Crespi, vicepresidente segundo y representante del club en la AFA.
El entrenador de Boca volvió a irse sin hacer declaraciones. Esta actitud la mantiene desde el anterior encuentro que había perdido su equipo hasta hoy: 1-3 con Belgrano de Córdoba, por la fecha 10 del torneo.
Los jugadores salieron con la cabeza gacha y tampoco hablaron con la prensa.
Más allá de la mala actuación, al parecer en el ánimo boquense retumbaron las palabras del ex técnico del club, Carlos Bianchi, quien efectuó declaraciones radiales en horas de la tarde.
El ´Virrey´, en diálogo con Radio Concepto, había expresado: "Hoy en día es difícil encontrar jugadores cerebrales como (Román) Riquelme, que manejen los ritmos del partido. Es un jugador atípico, decide todo y maneja el ritmo, tiene el poder sobre el juego".
En Boca el mal juego, la sombra de Riquelme y las palabras de Bianchi parecen ser los nuevos fantasmas en el camino de la dupla Angelici-Falcioni. (Télam).-
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