El Jefe de Gobierno le pidió a la Legislatura que “deje de lado prejuicios ideológicos” y que “vote algo inteligente y moderno”, como su propuesta de prohibir la actividad de los limpiavidrios y trapitos y la portación de palos y capuchas en manifestaciones.
Pese a las críticas, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, continua la defensa de su polémico proyecto para reformar el Código de Convivencia Urbana, en el que también se prohibirá llevar ganzúas o elementos cortantes en la vía pública y endurecerá las penas para los que pinten o rompan los edificios públicos.
“Hay que dejar de lado los prejuicios ideológicos y la politiquería barata y sentarse en la Legislatura a votar algo inteligente y moderno, en la línea de lo que ha hecho el mundo entero”, se justificó Macri en declaraciones radiales.
Y en su particular visión de la realidad explicó que “nadie está violando los derechos humanos cuando hace estas cosas y no estamos criminalizando la pobreza por darles instrumentos a la policía para poder proteger a vecinos que trabajan y pagan sus impuestos”.
En ese marco, advirtió que va a seguir hasta el final con este proyecto que aún no envió a la Legislatura porteña, y agregó: “no podemos no dar la batalla a favor de que se viva mejor en la ciudad”.
La propuesta ya fue criticada desde sectores opositores a la gestión macrista y la tildaron de corte electoral. Consideran que el Jefe de Gobierno ya se encuentra en campaña presidencial y por eso lanza una política de constantes anuncios
Ajeno a todo esto, Macri tuvo tiempo para volver a cargar sobre los trapitos y limpiavidrios cuando expresó que “hay mafias que los conducen, y hay que combatirlas dándoles a la justicia y a la policía instrumentos para que puedan actuar”.
El proyecto de reforma, que todavía no fue enviado a la Legislatura, incluye además la realización de estudios de ADN para delincuentes y violadores, con lo que suponen se acelerarán las investigaciones.
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