jueves, 1 de julio de 2010

Un pasado revolucionario que influye en el proceso de cambio latinoamericano


El escritor boliviano Néstor Taboada Terán presenta en Buenos Aires el libro “Estandarte de libertad”, un ensayo histórico sobre las rebeliones de Chayanta, Tungasuca, Madrid, Charcas, La Paz, Quito y Buenos Aires. Política&Medios charló con el autor para desentrañar el pasado oculto de América Latina.

Con la presencia de Néstor Taboada Terán, la editorial Punto de Encuentro realizará hoy a las 19 la presentación de su nuevo libro en la sala Floreal Gorini, en el tercer piso del Centro Cultural de la Cooperación, en Corrientes 1543.

En “Estandarte de Libertad”, el escritor boliviano no sólo cuenta la historia de las rebeliones Chayanta, Tungasuca, Madrid, Charcas, La Paz, Quito y Buenos Aires, sino que también pone en duda innumerables hechos históricos que habitualmente se dan por ciertos.

P&M habló con Taboada Terán para conocer cómo ese pasado oculto y revolucionario de América Latina influye en el actual proceso de cambio que vive la región, mientras muchos mitos e historias oficiales se vienen abajo o son cuestionadas.

¿Qué lo llevó a hacer este libro?

He estimado conveniente hablar de todos los ensayos de rebeliones en pro de la independencia, ya que con el Bicentenario no he querido estar indiferente. Frente a esto mi posición es bien clara, hace más o menos 50 años que yo voy persistiendo en Bolivia y en América Latina sobre el estudio profundo de nuestras inquietudes y anhelos de libertad y de independencia que nos han animado todo el tiempo.

Usted en el libro hace hincapié en que la primera revolución en el mundo se dio en América con Tupac Amarú.

Efectivamente, Tupac Amarú y Tupac Katari son dos indios fabulosos que comenzaron una rebelión armada tremenda contra la dominación española. O sea que son los precursores en cierta manera en la humanidad, porque diez años antes de la Revolución Francesa los indios ya se habían lanzado a la lucha por la libertad y la independencia. Entonces eso me parece aleccionador para darnos cuenta de la magnitud con que estaban animados los indios insurrectos en nuestra América.

¿Por qué siempre se nombra a la Revolución Francesa como antecedente de las luchas por la independencia que se sucedieron en América y no se nombra a esa primera revolución?

Hubo una especie de ocultamiento y de falsificación de los hechos de la historia. Por ejemplo, los historiadores en mi país, especialmente los pioneros de la investigación histórica, taparon las insurrecciones campesinas. Tupac Amarú y Tupac Katari, hasta hace poco, prácticamente no existían. Solo existía la revolución a partir de los movimientos de los hijos de los españoles, es decir de los criollos. Y estos rebeldes criollos progresistas comenzaron primero apoyando a los indios, que fueron la base más honesta de la rebelión americana. Ahora lo notable es que algunos americanos como el caso de Mariano Moreno fueron realmente avanzados al hacer una revolución para fundar un diario, como fue La Gaceta de Buenos Aires, o hacer la Biblioteca Nacional o traducir un libro como El contrato Social de Jean-Jacques Rousseau, para inculcar la idea de la emancipación. Ahí se ve el contenido liberador del que estaban animados nuestros próceres.

¿Qué expectativas tiene con la presentación del libro?

Estoy muy contento de publicar lo que estimo que será un libro capital dentro de la concepción histórica que se tiene de los movimientos revolucionarios. Me siento alegre porque me considero un producto de la cultura argentina, ya que viví en el exilio cerca de diez años en Buenos Aires. Entonces cuando yo llego a la Argentina les digo a mis amigos: “he venido a darme un baño cultural” y eso implica que el estudio de la historia me anima aquí a casi vivir en las librerías y bibliotecas.

En esa reivindicación histórica del papel indígena en América Latina, ¿cuánto tiene que ver el hecho de la aparición de Evo Morales?

Ese es un fenómeno casi increíble porque Bolivia es un país muy discriminador. Los criollos son muy conservadores, ya que los hijos de los españoles se creen herederos de toda la opresión de estos 200 años. Entonces, que aparezca un indio elegido constitucionalmente por cinco años y que sea reelegido por otros cinco más, es una cosa que no conciben las clases dirigentes. Pero es algo que, históricamente, se veía venir y resultaba inevitable. Para esto han coadyuvado muchos próceres argentinos como el cura José Antonio de Medina, que dirigió la revolución de La Paz de 1809, y tenemos también a otros integrantes que se han agregado a nuestra historia, como el Che Guevara. Estas figuras nos unen íntimamente en nuestros anhelos de liberación social y nacional.

Roberto Koira

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