La Plata, 19 de julio (Télam, por Roberto Koira).- La entrada del arquero uruguayo Fernando Muslera, el héroe del partido de Argentina, para realizar el precalentamiento en el campo de juego del estadio Ciudad de La Plata produjo la primera reacción del público que le obsequio silbidos y una ovación, la primera obra de los peruanos, la otra de sus compatriotas orientales.
El guardameta de Lazio de Italia levantó su brazo derecho y saludó a los suyos. Luego empezó a pelotear con sus colegas Juan Castillo y Martín Silva y un asistente de la "Celeste".
Las apariciones en la pantalla del Estadio "Unico" de distintos tipos de hinchas hizo que las tribunas uruguayas empezaran a calentar las gargantas, como cuando empezó a sonar el tradicional "soy celeste, soy celeste, celeste yo soy".
Así, la pasión por la selección uruguaya hacían convivir en la popular a hinchas de Peñarol y Nacional. Los primeros con la consigna "a cara de perro" y los otros con el trapo "Furia Tricolor".
Pero nada superaba a las banderas orientales con su rayado blanco y celeste encabezado por el Sol. Aunque también había otras: "digan lo que digan nadie nos va a voltear"; "la humildad nos hace grandes"; "sabremos cumplir".
Todas evocaban a la famosa ´garra Charrúa´,ésa que luego de la descomunal actuación de Muslera, junto con la impericia de los delanteros argentinos, empezó a cotizar en bolsa de nuevo e hizo continuar el envión que viene del Mundial. (Télam)
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