viernes, 28 de mayo de 2010

Honduras: Zelaya busca una reconciliación sin olvido ni perdón


El derrocado presidente hondureño entregó al secretario de UNASUR, Néstor Kirchner, su plan de acuerdo político para reinstalar al país centroamericano en la comunidad internacional. Además, reclamó el fin de la represión y la impunidad de los crímenes cometidos tras el golpe de Estado.

La "Propuesta de Acuerdo Político para el Restablecimiento de la Democracia y la Reconciliación Nacional de Honduras" del depuesto ex mandatario Manuel Zelaya define a la UNASUR como una organización "coherente y solidaria con el pueblo hondureño".

Zelaya propone una "agenda para la reconciliación" que permita "contribuir con una solución pacífica, que incluya el reconocimiento de Honduras en la comunidad internacional".

En el acuerdo pide que el Congreso hondureño "decrete una amnistía amplia para que se ponga término a toda acción de persecución judicial" promovida por el "dictador (Roberto) Micheletti" y sus personeros, que "hoy se encuentran dirigiendo impunemente la Justicia, ensañándose contra el ex presidente Zelaya y altos funcionarios de su gobierno".

Otro punto dice que se "garantizaría el retorno al país de Zelaya en el pleno goce de sus derechos civiles y políticos, petición apoyada por el pueblo y el Frente de Resistencia Popular".

Además se exige "garantizar el cese de la represión y el respeto a los derechos humanos de todos los ciudadanos, poniendo término al crimen, asesinato, persecución judicial y represión por parte de organismos, dependientes de la Policía y Fuerzas Armadas".

En este marco, también se pide "separar de sus cargos a los principales responsables del golpe de Estado, que se encuentran ocupando los organismos de justicia y cargos ministeriales" y el "fin de la impunidad por las violaciones de los derechos humanos".

Por ello, el reclamo incluye que los perpetradores de "estos crímenes de lesa humanidad” sean llevados ante la Corte Penal Internacional, “ya están demandados y se niegan a comparecer".

La propuesta de acuerdo fue conversada entre Zelaya y el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, durante los festejos del Bicentenario en Buenos Aires, donde el ex mandatario había advertido que "el obstáculo que hemos tenido para arribar a un acuerdo (en Honduras) ha sido Estados Unidos".

En los considerandos del documento se recuerda que la Corte Suprema de Justicia de Honduras "absolvió con el sobreseimiento definitivo a la cúpula militar ejecutora del golpe de Estado y responsable de delitos de lesa humanidad".

Y agrega que el Congreso decretó, al asumir la presidencia por Porfirio Lobo, una amnistía "sólo aplicable a los autores del golpe de Estado, dejando con ello impunes los más abominables crímenes cometidos contra la población indefensa".

Por su parte, el actual presidente hondureño, Porfirio Lobo, dijo que viajará a República Dominicana para invitar a Zelaya a regresar a Tegucigalpa, pero el anuncio provocó una fuerte controversia en el país.

El mandatario admitió que recibe presiones internacionales para que logre la reconciliación y que este retorno sería un paso en ese sentido. Por eso, descartó que una vez que Zelaya regrese a Honduras pueda ser detenido, como anteriormente lo afirmaron el presidente de la Corte Suprema, Jorge Avilés, y el fiscal general, Luís Rubí.

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