El juez Sergio Torres indagará mañana al represor, que arribó al país esta madrugada extraditado desde España. Se lo acusa de se ser uno de los pilotos que arrojaba al mar a prisioneros del centro clandestino de detención de la ESMA.
El ex teniente de fragata Julio Poch ya está en Argentina para saldar sus cuentas con la justicia. El represor, custodiado por INTERPOL, llegó al aeropuerto de Ezeiza a las 5:30 y luego fue conducido a los tribunales de Comodoro Py 2002.
Allí el secretario Pablo Yadarola le notificó los motivos de la detención y constató su estado de salud. Se le anunció que mañana será indagado y se lo trasladó al penal de Marcos Paz.
Poch fue extraditado a Argentina acusado por más de ocho centenares de "detenciones ilegítimas, torturas, lesiones, desapariciones y muertes" producidos en el centro clandestino de la ESMA.
Algunos de los cargos que el represor deberá afrontar son los secuestros, tormentos y desaparición de las monjas francesas Alice Domón y Leonie Duquet, el periodista y escritor Rodolfo Walsh, y de la joven sueca Dagmar Hagelin y otros delitos de lesa humanidad.
Para conceder la extradición los jueces de la Audiencia Nacional española analizaron informes que indican que el ex marino "arrojó a varias personas vivas desde aviones o helicópteros que él pilotaba, como oficial aviador naval, que cumplía funciones de pilotaje en la Armada Argentina durante el período comprendido entre los años 1976 a 1980".
Al represor se lo acusa de participar "en ilegítimas detenciones de personas que fueron internadas indebidamente en la base operativa de la ESMA y en posteriores torturas, lesiones, desapariciones y muertes de dichas personas o parte de ellas”.
En las "acciones en que intervino fueron realizadas dentro de un plan sistemático o generalizado de persecución a un sector de la población argentina por razones ideológicas", sostiene la documentación que analizaron los magistrados españoles para extraditarlo.
Poch, de 55 años, tiene doble nacionalidad argentina y holandesa (donde vivía desde hace dos décadas) y fue detenido en el aeropuerto internacional de Manises, Valencia, el 22 de septiembre cuando piloteaba una nave de la compañía Transavia ante cuyos compañeros de trabajo solía "jactarse” de su accionar represivo.
Por otra parte, la Cámara Federal prorrogó por tercera vez la prisión preventiva del represor Héctor Vergez, procesado por delitos de lesa humanidad, pero advirtió al juez federal Norberto Oyarbide que la causa está sin movimientos desde hace seis meses y que es "imprescindible" resolver planteos pendientes para enviar al detenido a juicio oral.
Los camaristas Eduardo Freiler, Jorge Ballestero y Eduardo Farah recordaron a Oyarbide que la Corte Suprema de Justicia de la Nación exhortó a los jueces para que aceleren el trámite de causas por delitos cometidos en la última dictadura.
El ex capitán del Ejército seguirá detenido hasta el proceso ante los riesgos de fuga o entorpecimiento de la pesquisa, tras haber sido procesado con preventiva en una causa por las desapariciones de Julio Gallego Soto, Javier Ramón Coccoz y Juan Carlos Casariego de Bel, ocurridas en 1977.
El represor fue parte del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército y en democracia, mientras estaban vigentes las leyes de Obediencia Debida y Punto final, escribió el libro "Yo fui Vargas", en alusión a su seudónimo como torturador, y allí dejó por escrito circunstancias de los hechos cometidos.
En julio del 2009 al confirmar la segunda prórroga de la preventiva de Vergez, la misma sala de la Cámara había llamado ya a Oyarbide a acelerar los trámites para enviarlo a juicio.
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