El abogado estadounidense Jeffry Anderson, defensor de numerosas víctimas de abusos sexuales por parte de religiosos Estados Unidos, presentó en California una denuncia contra la Santa Sede, en lo que se trata de la primera acción civil contra la cúpula eclesiástica mundial.
La acción legal fue iniciada por un hombre que fue molestado sexualmente por el cura salesiano Titian Miani. La iniciativa tiene lugar después de que la Corte Suprema estadounidense no se pronunciara sobre el pedido de la Santa Sede de se le aplica el derecho a inmunidad por un caso de pedofilia en el estado de Oregon.
Esta decisión de la corte dio vía libre a la posibilidad de realizar juicios civiles contra el Vaticano, por acusaciones de ocultamiento de abusos a menores cometidos por religiosos.
La demanda del estudio Anderson acusa a las altas autoridades vaticanas, a los superiores de la orden de los salesianos y a los obispos responsables de una escuela de Bellflower, en el estado de California, de haber ocultado las molestias sexuales de Miani, conocido como "el padre Jim", hacia sus alumnos.
Jeffry Anderson y sus asociados convocaron a una conferencia de prensa anoche en Los Ángeles tras hacer oficial la acusación.
"Durante muchos años las órdenes religiosas con base en Roma transfirieron con impunidad al exterior a sacerdotes pedófilos para evitar rendir cuentas a la justicia", dijo el abogado.
Miani, de 83 años, había sido arrestado en 1983 por un caso de pedofilia, una causa que luego prescribió.
Aquéllas no eran las únicas acusaciones en su contra: en los años cuarenta del siglo pasado, cuando era seminarista, se lo acusó de molestar a un niño de 13 años durante un retiro espiritual en Italia; luego se registraron quejas en un colegio salesiano de Edmonton, Canadá, y también en la diócesis de Stockton, en California, Estados Unidos.
Según Anderson, "el Vaticano había sido advertido pero el Papa y la Congregación para la Doctrina de la Fe no removieron al cura pedófilo".
En la acción legal se afirma que también la orden salesiana estaba en conocimiento de las tendencias de Miani: aun así, cuando fue transferido a Bellflower, estaba en permanente contacto con los estudiantes, "sin que ni ellos ni sus familias fueran advertidos".
El letrado sostuvo ante la prensa que "La orden de los salesianos, la tercera en importancia en la galaxia católica (pertenecen a ella, entre otros, el secretario de estado Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone), había sido informada de que el cura era un pedófilo desde los años cuarenta y aun así lo transfirieron desde Italia a Brasil, luego a California, más tarde a Canadá y finalmente, de nuevo a California".
"Este sacerdote sometió al menos a trece víctimas y, a pesar de eso, continuó en sus funciones", detalló Anderson.
En 2008, la Sociedad Salesiana de Los Angeles aceptó pagar 19,5 millones de dólares para cerrar 17 casos de molestias sexuales en su arquidiócesis.
El acuerdo se cerró mientras un jurado de esa ciudad se aprestaba a escuchar acusaciones, según las cuales los salesianos sabían que el padre Miani había molestado a varios niños cuando lo habían asignado a la St. John Bosco High School de Bellflower.
En esa institución escolar Miani habría cometido al menos cuatro abusos sexuales, entre ellos, contra un joven de 15 años y sus dos pequeñas hermanitas. El sacerdote dejó la orden salesiana en 1974, pero siguió desempeñándose como cura hasta que se retiró, en 1993.
Esta decisión de la corte dio vía libre a la posibilidad de realizar juicios civiles contra el Vaticano, por acusaciones de ocultamiento de abusos a menores cometidos por religiosos.
La demanda del estudio Anderson acusa a las altas autoridades vaticanas, a los superiores de la orden de los salesianos y a los obispos responsables de una escuela de Bellflower, en el estado de California, de haber ocultado las molestias sexuales de Miani, conocido como "el padre Jim", hacia sus alumnos.
Jeffry Anderson y sus asociados convocaron a una conferencia de prensa anoche en Los Ángeles tras hacer oficial la acusación.
"Durante muchos años las órdenes religiosas con base en Roma transfirieron con impunidad al exterior a sacerdotes pedófilos para evitar rendir cuentas a la justicia", dijo el abogado.
Miani, de 83 años, había sido arrestado en 1983 por un caso de pedofilia, una causa que luego prescribió.
Aquéllas no eran las únicas acusaciones en su contra: en los años cuarenta del siglo pasado, cuando era seminarista, se lo acusó de molestar a un niño de 13 años durante un retiro espiritual en Italia; luego se registraron quejas en un colegio salesiano de Edmonton, Canadá, y también en la diócesis de Stockton, en California, Estados Unidos.
Según Anderson, "el Vaticano había sido advertido pero el Papa y la Congregación para la Doctrina de la Fe no removieron al cura pedófilo".
En la acción legal se afirma que también la orden salesiana estaba en conocimiento de las tendencias de Miani: aun así, cuando fue transferido a Bellflower, estaba en permanente contacto con los estudiantes, "sin que ni ellos ni sus familias fueran advertidos".
El letrado sostuvo ante la prensa que "La orden de los salesianos, la tercera en importancia en la galaxia católica (pertenecen a ella, entre otros, el secretario de estado Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone), había sido informada de que el cura era un pedófilo desde los años cuarenta y aun así lo transfirieron desde Italia a Brasil, luego a California, más tarde a Canadá y finalmente, de nuevo a California".
"Este sacerdote sometió al menos a trece víctimas y, a pesar de eso, continuó en sus funciones", detalló Anderson.
En 2008, la Sociedad Salesiana de Los Angeles aceptó pagar 19,5 millones de dólares para cerrar 17 casos de molestias sexuales en su arquidiócesis.
El acuerdo se cerró mientras un jurado de esa ciudad se aprestaba a escuchar acusaciones, según las cuales los salesianos sabían que el padre Miani había molestado a varios niños cuando lo habían asignado a la St. John Bosco High School de Bellflower.
En esa institución escolar Miani habría cometido al menos cuatro abusos sexuales, entre ellos, contra un joven de 15 años y sus dos pequeñas hermanitas. El sacerdote dejó la orden salesiana en 1974, pero siguió desempeñándose como cura hasta que se retiró, en 1993.
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