viernes, 11 de junio de 2010

Lo que está detrás del Mundial y no todos ven


Este campeonato no es sólo un acontecimiento deportivo global, sino también un evento en el que se mezclan intereses comerciales, políticos y sociales. Para empezar a desentrañar el universo que se mueve en torno al rectángulo de juego, Política&Medios dialogó con el periodista Ariel Scher, autor de los libros La Patria deportista y Fútbol: pasión de multitudes y de elites.

Durante el mes que dura el Mundial, la atención estará concentrada en Sudáfrica, donde miles de fanáticos seguirán las alternativas de sus equipos favoritos. Pero también allí hay otro mundo que no corre atrás de una pelota.

Para Ariel Scher casi todas las construcciones que tienen que ver con la organización de acontecimientos deportivos tienen un desarrollo muy expansivo en la medida en que “el deporte fue migrando de ser un entretenimiento y una práctica social masiva a un desarrollo de alta competición basado en los grandes acontecimientos futbolísticos y económicos”.

“El espectáculo del fútbol es el espectáculo central de una vida, que casi toda entera se ha espectacularizado, y de esto no queda afuera casi nadie. En otro momento al fútbol jugaba mucha gente, pero no se escribía, hablaba y debatía tanto de fútbol. Digamos que muchos quedaban afuera. Hoy vas a cualquier lado y el fútbol y el Mundial están en el centro de la atención”, describe el periodista en diálogo con P&M.

El fútbol es ahora un acontecimiento atraviesa todos los órdenes, ya ni siquiera hay una cuestión de género como admite Scher: “En una época estaba ligado a la masculinidad y hoy es algo que está siendo vulnerado. No te perdés el fútbol por ser mujer o por ser chino como desde siempre no te lo perdiste por ser rico o pobre. El fútbol pasa por encima de todo eso”.

Otro aspecto de los Mundiales es la gran expectativa y después la expresión futbolística que realmente se pone en juego. “Vos esperás grandes partidos de fútbol y no los hay. Es algo así como entre el estímulo que tiene uno en relación con el fútbol y el estímulo moderno que te dice que el Mundial es lo más, esa articulación de estímulos te pone frente al televisor, los diarios o lo que sea para ver que cosas pasan con los partidos”, razona el autor de La Patria deportista.

Y para describir esta situación agrega un ejemplo: “Yo tengo amigos que nunca dejarían de estar con alguien por Corea de Sur o Grecia, sin embargo cuando jueguen van a estar prendidos a su partido”.

La FIFA y Sudáfrica. Según Scher, la elección de la sede 2010 no fue casual, ya que la dirigencia del organismo máximo del fútbol le debía algunos favores a África. “Concederle una sede era algo pendiente y algo que en las disputas entre los sectores que manejan la FIFA ahora va a pesar”, explica.

En este sentido, Scher recuerda que fueron fundamentales los votos de África para Joseph Blatter en su camino a la jefatura de la organización y subraya que “en el ‘98 y en las reelecciones posteriores, me parece que había un compromiso en ese terreno”.

“La FIFA se sostiene, entre otras cosas, por los acuerdos que tiene con grandes empresas y en ese contexto, para las empresas que tienen acuerdos con ella y en el marco de que el mundo es un gran mercado, estar en África no debe ser un mal negocio”, sintetiza.

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