martes, 29 de junio de 2010

“Es preocupante que algunas naciones estén optando por las recomendaciones del FMI”


A contramano de lo que pasa en la Unión Europea, donde abundan los planes de ajustes y las políticas de flexibilización laboral, en Argentina se apuesta al mercado laboral. P&M habló sobre estos temas con el Subsecretario de Políticas de Empleo y Formación Profesional del Ministerio de Trabajo, Matías Barroetaveña.

Mientras que el ajuste se extiende por Europa, el malestar crece en países como Francia y el FMI elogia la reforma laboral española, desconociendo el fuerte rechazo de los sindicatos y trabajadores, en Argentina y otros países latinoamericanos, las aguas corren por el lado del empleo y la inclusión social.

Matías Barroetaveña se desempeña como Subsecretario de Políticas de Empleo y Formación Profesional del Ministerio de Trabajo. En esta entrevista con Política&Medios, el funcionario ofrece un panorama sobre los programas que buscan fortalecer el mercado laboral.

¿Cuáles son las políticas del área de la que forma parte?

Nuestra política consiste en dos grandes instrumentos que son las 310 oficinas de empleo y una red de instituciones de formación. Con esa institucionalidad, damos respuesta con programas específicos: uno es “Jóvenes con Más y Mejor Trabajo”, que tiene más de 100.000 integrantes de 18 a 24 años que no estudian, ni trabajan o no tienen el secundario. Y después tenemos el “Seguro de Capacitación y Empleo” que es para desocupados y gente que proviene de los planes Jefes y Jefas de Hogar. Sobre esa población trabajamos en formación profesional, en vincularlos con la escuela cuando no la han terminado y en desarrollar posibilidad de autoempleos, micro emprendimientos y prácticas en empresas.

¿Qué otros programas tiene la Subsecretaría y el Ministerio?

Hay muchos destinados a poblaciones específicas. Pero fundamentalmente la política de empleo consiste en la idea de trabajar cara a cara después de lo que fue la emergencia laboral anterior al 2003. Hoy tenemos la posibilidad, gracias a las oficinas de empleo, de sentarnos con cada una de las personas que tienen problemas. Entonces se construye una historia laboral, se ve qué capacidades tiene y nosotros financiamos instituciones de formación profesional, que pueden ser públicas o de organizaciones sindicales y empresarias. Desde la oficina de empleo lo que hacemos es intentar saldar la brecha entre las oportunidades de trabajo que genera el modelo productivo y las capacidades que efectivamente la gente tiene. También existe un programa donde sentamos a diversos sectores (principalmente sindicales y empresariales) que nos dicen qué demanda el mercado laboral, qué instituciones de formación tienen ellos... Nosotros los fortalecemos con currícula y con diseñar planes acordes a lo que el mercado laboral necesita. El financiamiento en ese sentido ha crecido muchísimo, de 3 millones en el 2003 a más de 200 millones ahora. Después hay cuestiones puntuales como empresas recuperadas, trabajadores rurales, servicio doméstico, algunas políticas de género, oficios no tradicionales y algunos más chicos, pero el centro de la política es eso.

Es decir, qué el objetivo no es sólo generar nuevos empleos, sino también mejorar la calidad laboral

Claro. Si en el primer gobierno el desafío era bajar la desocupación, que había pasado los 20 puntos, hoy la meta es mejorar la calidad del empleo. La idea de inserción de Argentina en el mundo no es con un modelo de empleo barato porque para poder tener exportaciones que sumen valor agregado hay que tener empleo de calidad. Por eso hay que apostar a mucho a la formación profesional y eso es lo que estamos haciendo. Apostamos a mejorar la calidad y a bajar los números del trabajo no registrado, que había superado el 50 por ciento y ahora está en alrededor del 35. Para eso hay también decisiones de la presidenta (Cristina Fernández), como el proyecto de ley sobre servicio doméstico y el de trabajadores rurales con la idea de generar trabajo de calidad y oportunidades. Sobre todo para los jóvenes que tienen niveles de desempleo superiores al universo general.

¿Qué evaluación hace de la reunión en Vancouver de la Confederación Sindical Internacional (CSI)?

A mí me tocó estar hace 15 días en la Asamblea anual de la OIT (Organización Internacional de Trabajo) y la verdad es que uno ve con preocupación que algunas naciones de Europa estén optando por las recomendaciones del FMI hacia el ajuste. Nosotros sabemos a lo que conduce. Encima, esto va a repercutir en el mundo porque si uno baja la demanda global esto reproduce la crisis en el resto de los países. En ese sentido, la voz de la presidenta fue muy clara en que Argentina ha sido un laboratorio de esas políticas y que los resultados estuvieron a la vista. Pero también tenemos para mostrar los resultados de este otro modelo que apostó a la producción. Pasamos de un mundo en donde el año pasado parecía que todos eran keynesianos, con intervención estatal para salvar a las entidades financieras, a uno en donde nuevamente los bancos están intentando poner el eje en que el problema es el Estado. Parece que no se aprendió nada de la crisis. Este es un debate internacional que debemos dar, ya que un mundo globalizado no puede regalar nuevamente esos escenarios.

¿Estas son las diferencias en la política laboral entre una Europa en crisis y las de una Argentina en crecimiento?

El esquema nuestro para atender la crisis, cuando llegó a la Argentina, fue el de salir a incentivar el consumo y sostener el empleo. Nosotros pusimos en marcha el REPRO, que es el programa de recuperación productiva que permitió que 150 mil argentinos no cortaran su relación laboral, sino que fuera subsidiada. De esta forma, los empresarios no tuvieron que volver a encontrar a la persona capacitada, porque pudieron mantener la relación laboral. Esto se sumó a una fuerte política de consumo, la recuperación de los fondos de la AFJP y la Asignación Universal por Hijo (que puso más de 6 mil millones de pesos en la calle). Hemos demostrando que rápidamente pudimos salir de la crisis y que estamos creciendo a más de 6 puntos. Creemos que esta es la política, es más ¿qué ajuste puede hacer España que tiene 20 por ciento de desempleo? Lo que va a provocar esto es mayor crisis. Por eso creemos que hay que dar el debate para que puedan elegir otro camino.

¿Cómo definirías la posición argentina en el encuentro del G-20 en Toronto con respecto al empleo y la inclusión?

Lo que la presidenta dice es lo que viene haciendo: poner el empleo en el centro de las políticas públicas y siempre, ante cualquier decisión, priorizar el trabajo. Este es un gobierno que puede estar orgulloso de no haber tomado ninguna medida en contra de los trabajadores. La consecuencia es que hemos bajado muchísimo el desempleo y que hay oportunidades laborales. Aunque estas no se pueden aprovechar en algunos casos por la profunda desigualdad que todavía existe y por eso estamos trabajando para saldar esa brecha para que todos puedan acceder. Este es un modelo que propone la inclusión de todos y no uno en el que sobren argentinos. La presidenta ha expresado eso en el contexto internacional, pero con la seriedad de ser quien lo viene haciendo en el país. Esta posición, en la que nos acompaña Brasil y otros países de los llamados emergentes, está teniendo un peso cada vez mayor en el mundo, donde no todo es ajuste.

Roberto Koira

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