A partir un clima de inseguridad fuertemente instalado en la provincia, el pedido de mayor represión se multiplica en el seno de la sociedad local, al tiempo que aumentan los excesos policiales y los asesinatos de jóvenes dentro y fuera de las cárceles. P&M consultó a la Asamblea Permanente por lo Derechos de la Niñez de General Pico, denunciante de varios casos estremecedores que siguen impunes.
Represión, gatillo fácil, apremios ilegales y asesinatos premeditados son hechos que comienzan a ser moneda corriente en La Pampa. Desde junio del año pasado hubo varios casos, como el de Matías Ramos (26 años), que muere en manos de la policía de Eduardo Castex, o el de Juan Carlos Fernández (17 años), que apareció quemado en Comisaría 4ta del menor de General Pico y falleció días más tarde en Capital Federal.
Recientemente murió otro joven detenido, Oscar Fabián Berot, de 22 años, luego de estar internado con graves quemaduras sufridas durante el incendio de su celda, en una cárcel de General Acha.
Manuel Lazarte, de la Asamblea Permanente por lo Derechos de la Niñez de General Pico, explicó a Política&Medios que estos hechos no son casuales, ya que en la provincia “se están reproduciendo lo que pasa en los grandes centros urbanos”.
“Tenemos un sociedad que lamentablemente vive su vida a través de TN, es decir, a través de los grandes medios nacionales, y esto ha creado una paranoia muy grande y la justificación de hechos lamentables”, sostuvo Lazarte.
En este sentido, puso como ejemplo “el caso de un niño de 13 años, Cristian Azcona, que en el último año es asesinado por un vecino de un tiro en el pecho, pensando que lo iban a asaltar. Pero la cuestión era que el chico intentaba ingresar a la casa del agresor para sacar una jaula de pajaritos”.
“Los índices de delito han bajado y, particularmente, los delitos de menores representan cifras ínfimas”, pero “a partir del discurso de los grandes medios se van dando en diferentes ciudades de la provincia los reclamos por más seguridad, como si esto estuviera de moda”, describió Lazarte.
Con este mismo discurso también se apaña la brutalidad policial, como ocurrió en el caso de Juan Carlos Fernández, que fue detenido a la salida de un boliche y trasladado a una comisaría donde luego muere quemado. “Esto sucedió a fines del año pasado y hasta el momento no hay un solo detenido y los policías siguen en funciones”, denunció el representante de la Asamblea.
Los ejemplos abundan: “A tres jóvenes que hicieron un disturbios en un barrio, la policía los agarra y los mete presos. Al parecer, un cigarrillo prendió un colchón y ahora uno de los chicos está muerto, se llama Oscar Fabián Berot. Un cazador de 26 años (Matías Ramos) en el barrio Castex fue víctima del gatillo fácil. El joven andaba por un camino vecinal y fue interceptado por la policía. Según la familia, fue acribillado directamente. Pero la última pericia para averiguar qué pasó no se pudo hacer porque se borraron las pruebas”, enumeró Lazarte.
De acuerdo a los informes de la Asamblea Permanente por lo Derechos de la Niñez de General Pico, no sólo la vida está en juego en La Pampa, también se dan casos de apremios ilegales, se arman causas y se persigue a los jóvenes por el sólo hecho de parecer sospechosos.
Recientemente murió otro joven detenido, Oscar Fabián Berot, de 22 años, luego de estar internado con graves quemaduras sufridas durante el incendio de su celda, en una cárcel de General Acha.
Manuel Lazarte, de la Asamblea Permanente por lo Derechos de la Niñez de General Pico, explicó a Política&Medios que estos hechos no son casuales, ya que en la provincia “se están reproduciendo lo que pasa en los grandes centros urbanos”.
“Tenemos un sociedad que lamentablemente vive su vida a través de TN, es decir, a través de los grandes medios nacionales, y esto ha creado una paranoia muy grande y la justificación de hechos lamentables”, sostuvo Lazarte.
En este sentido, puso como ejemplo “el caso de un niño de 13 años, Cristian Azcona, que en el último año es asesinado por un vecino de un tiro en el pecho, pensando que lo iban a asaltar. Pero la cuestión era que el chico intentaba ingresar a la casa del agresor para sacar una jaula de pajaritos”.
“Los índices de delito han bajado y, particularmente, los delitos de menores representan cifras ínfimas”, pero “a partir del discurso de los grandes medios se van dando en diferentes ciudades de la provincia los reclamos por más seguridad, como si esto estuviera de moda”, describió Lazarte.
Con este mismo discurso también se apaña la brutalidad policial, como ocurrió en el caso de Juan Carlos Fernández, que fue detenido a la salida de un boliche y trasladado a una comisaría donde luego muere quemado. “Esto sucedió a fines del año pasado y hasta el momento no hay un solo detenido y los policías siguen en funciones”, denunció el representante de la Asamblea.
Los ejemplos abundan: “A tres jóvenes que hicieron un disturbios en un barrio, la policía los agarra y los mete presos. Al parecer, un cigarrillo prendió un colchón y ahora uno de los chicos está muerto, se llama Oscar Fabián Berot. Un cazador de 26 años (Matías Ramos) en el barrio Castex fue víctima del gatillo fácil. El joven andaba por un camino vecinal y fue interceptado por la policía. Según la familia, fue acribillado directamente. Pero la última pericia para averiguar qué pasó no se pudo hacer porque se borraron las pruebas”, enumeró Lazarte.
De acuerdo a los informes de la Asamblea Permanente por lo Derechos de la Niñez de General Pico, no sólo la vida está en juego en La Pampa, también se dan casos de apremios ilegales, se arman causas y se persigue a los jóvenes por el sólo hecho de parecer sospechosos.
1 comentario:
Con compañeros de trabajo, hablamos de inseguridad en Sudáfrica(cifras de muertos por cantidad de habitantes), yo pregunté, cual pensaban era el índice en Arg, me respondieron 10 veces más.La realidad es menor,pero esa es la respuesta de la sensación.(vivo en la CABA)Lola
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