Según el ministro del Interior, existe una cultura en el sector que hace que, en vez de elevar la oferta de los productos, tienda a subir los precios. “Tiene que haber mucha responsabilidad por parte de todos, para que la mejora que se da en Argentina no sea desvalorizada" por aumentos "que no tienen demasiado sentido”, reclamó.
El ministro del Interior, Florencio Randazzo, sigue con su cruzada contra las subas indiscriminadas de los precios y en este sentido sostuvo que si bien tuvo “incidencia muy fuerte el alza de la carne, también hay otros precios que no tiene demasiado sentido que se hayan aumentado”.
“Hay una concentración importante en Argentina que se dio en la década del 90, en la que hay sectores que son monopólicos y oligopólicos que generan precios”, explicó en declaraciones radiales y agregó que “tiene que haber mucha responsabilidad por parte de todos, para que la mejora que se da en Argentina no sea desvalorizada a propósito de aumentos de precios que no tienen demasiado sentido”.
De esta forma, el funcionario planteó que “parece que hay una cultura que hace que los empresarios, los prestadores de servicios no regulados por parte del Estado, automáticamente en vez de aumentar la oferta, aumenten los precios de bienes. Esto está claro; si no, que expliquen cuál es la razón por la cual algunos precios aumentan”.
El ministro del Interior detalló que esto ocurre “cuando se logran mejorar las condiciones del conjunto de los argentinos y se genera una demanda muy fuerte, producto de un círculo virtuoso fomentado a partir de la política económica llevada adelante por el gobierno nacional”.
Por otro parte, al ser consultado sobre el reclamo de la CGT de un aumento en el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, Randazzo afirmó que “todas las propuestas son atendibles, pero hay que tener mucho cuidado y prudencia para no poner en riesgo el mantenimiento de la estabilidad macroeconómica”.
“Si hay un éxito que ha tenido este gobierno fue justamente el mantenimiento de la estabilidad macro económica, que implica básicamente una política de desendeudamiento, superávit fiscal, comercial, demanda interna fuerte y mantenimiento de tipo de cambio competitivo”, amplió para redondear su concepto.
Randazzo destacó el compromiso del gobierno en “que los trabajadores vayan recuperando el poder adquisitivo”, de cara a lo que resta del año.
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