Soy un periodista del campo nacional y popular. Redactor de Agencia Télam, Sección Deportes. Este es mi espacio dónde publico la mayoría de mis trabajos realizados para diversos medios de comunicación.
viernes, 30 de abril de 2010
Un tribunal ético condenó a los periodistas cómplices de la dictadura
En un acto simbólico en Plaza de Mayo, las Madres realizaron un “juicio público” acompañadas por comunicadores que actuaron como testigos y otros como fiscales. P&M dialogó con dos de ellos, Pablo Llonto y Carlos Rodríguez, quienes afirmaron que “sería bueno que estos periodistas pidan disculpas y que hagan una autocrítica para que esto nunca más vuelva a suceder en la Argentina”.
Este jueves, a 33 años de la primera ronda en la mítica plaza, las Madres de la Plaza de Mayo, encabezadas por Hebe de Bonafini, llevaron adelante un juicio público contra los periodistas que fueron “cómplices de la dictadura, que cobraron y respondieron al Grupo Clarín".
Desde un escenario que oficiaba como recinto judicial, los integrantes del “Tribunal Ético” debatieron sobre rol periodístico que cumplieron ente 1976 y 1983 Magdalena Ruiz Guiñazú, Bernardo Neustadt, Samuel Gelblung, Mariano Grondona, Mauro Viale, Julio Lagos y Joaquín Morales Solá.
En el centro del tribunal, donde se presentaron documentos, se ubicó como jueza Hebe de Bonafini, mientras que a su izquierda se sentaron los fiscales y a su derecha los testigos.
Entre los periodistas que participaron del juicio público -un acto que ya han realizado las Madres contra jueces y dictadores-, estuvieron Carlos del Frade, Claudia Acuña, Pablo Llonto y Carlos Rodríguez. También participó Néstor Busso, presidente del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) y titular del Consejo Federal de Comunicación Audiovisual.
Abriendo el discurso inicial, Hebe de Bonafini fue contundente: “Este juicio denuncia a los vendidos y a los cómplices que veían a doce pibes jóvenes colgados de un árbol, ahorcados y fusilados por la espalda, y al otro día Clarín decía que habían caído en un enfrentamiento”.
“Las Madres hacemos este juicio porque no queremos permitir que estos mismos periodistas que mintieron -porque mentir así era apoyar a la dictadura- hoy quieran volver de la misma manera, difamando”, explicó.
Con el mismo tono, Bonafini afirmó que “la prensa de los monopolios nunca contó cuando nos llevaban presas a las Madres cada jueves y nos encerraban con un muerto en una celda toda la noche” y aclaró que “los grandes medios como Clarín y La Nación, que apoyaron a la dictadura, se cagaban de risa mientras a nosotras nos encerraban con un muerto. Hoy señores los vamos a juzgar aquí en esta plaza”.
En otra parte de su discurso, la titular de Madres reivindicó “a los verdaderos periodistas que en esos momentos se jugaron la vida”, como así también elogió la actitud solidaria de la prensa extranjera en los años de plomo.
“Queremos reivindicar a estos periodistas, que no son sólo Rodolfo Walsh y Paco Urondo, a quienes amamos y queremos; hay más de 150 periodistas desaparecidos por querer decir la verdad”, sostuvo Bonafini, agradeciendo luego el papel que cumplieron los periodistas suecos y franceses para divulgar el caso en Europa.
Uno de los testigos simbólicos fue el periodista de Página 12 Carlos Rodríguez, quien trabajaba en la agencia estatal de noticias Télam cuando se produjo el golpe de Estado de 1976.
Entrevistado por Política&Medios, Rodríguez explicó su papel en el juicio público de las Madres: “Yo quiero demostrar que las empresas han sido cómplices de la dictadura y sólo saltan por algunos temas cuando afectan sus intereses. No están defendiendo la verdad, están defendiendo sus intereses; no importa si mienten o si dicen la verdad”.
El periodista, que también trabaja como docente en la universidad de las Madres de Plaza de Mayo y en el Servicio Paz y Justicia que preside el premio Nobel, Adolfo Pérez Esquivel, aportó en el juicio simbólico su experiencia como periodista en la editorial Atlántida, que “inventó todos los males que tiene el periodismo actual”.
“Algunos diarios en esa época no tenían la fuerza necesaria para decirle nada a la dictadura porque los hubieran cerrado y detenido, pero Clarín bien podía hacer una fuerza distinta porque es un poder y, sin embargo, no lo hizo porque se benefició por la dictadura”, consideró.
En tanto, el periodista Pablo Llonto, quien es querellante en la causa que investiga si los hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble fueron apropiados durante la dictadura, aseguró a P&M que su rol en el “Tribunal Ético” fue traer pruebas y experiencias de su paso por Clarín.
“Esto lo hago para que quede claro que Ernestina de Noble, Joaquín Morales Sola y Magdalena Ruiz Guiñazú no dicen la verdad cuando hablan de su rol cumplido en la dictadura, y sería bueno que pidan disculpas, que hagan una autocrítica para que esto nunca más vuelva a suceder en la Argentina ”, sostuvo Llonto.
Del mismo modo, el autor del libro “La Noble Ernestina” afirmó que el fin de este juicio es “ayudara a que se instale entre los periodistas y los estudiantes de comunicación el tema de dejar de tener ídolos o figuras. Tenemos que construir un nuevo periodismo”.
Respecto al rol cumplido por Ruiz Guiñazú, Llonto fue lapidario: “Magdalena trata de lavar con la historia de la Conadep lo que hizo antes. Ojalá tenga por lo menos la dignidad de decir ´me equivoque´ y, como gran parte de la sociedad, asumir que tuvo la ingenuidad de creer en estos militares. Eso es lo que se necesita para volver a creer en ella”.
Dictámenes contra los escraches. Mientras comenzaba el juicio público en Plaza de Mayo, la Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados- encabezada por la radical Silvana Guidice- emitió dos dictámenes objetando los escraches anónimos que realizaron contra periodistas y declaró su repudio al acto de las Madres.
Para respaldar a los diputados estuvieron presentes Magdalena Ruiz Guiñazú, Joaquín Morales Solá, Daniel Santoro, Luis Majul, Marcelo Bonelli, Fanny Mandelbaum, Edgardo Alfano, Ricardo Kirschbaum y representantes de Foro de Periodismo Argentino (Fopea), muchos de los cuales pasaron ayer por el Senado para reunirse con la Comisión de Libertad de Expresión.
Estos periodistas solicitaron al Estado que se "fijen límites institucionales a las agresiones" que aseguran estar sufriendo. "Todo el mundo sabe cómo empiezan estas cosas pero nadie sabe cómo terminan", manifestó Marcelo Bonelli, mientras que su colega en el Grupo Clarín, Gustavo Sylvestre, dijo que "nos ponen en un lugar que no nos corresponde; en el lugar de oposición".
En diálogo con P&M, el legislador Dante Gullo, vicepresidente primero de la Comisión de Libertad de Expresión de Diputados, aseguró que desde el Frente para la Victoria van a sacar un despacho defendiendo la libertad de expresión y prensa, aunque aclaró que no están a favor de los dictámenes.
“No acuerdo con los dictámenes porque no podemos avalar una idea de un país donde pareciera que existe una persecución a periodistas. En la Argentina que estoy viendo y pisando hay libertad de expresión y prensa como nunca. Acá no se censura a ningún medio. No sé qué están viendo”, opinó.
El legislador dejó en claro que “todo lo que apunte a impedir la manifestación plural de la multiplicidad de voces va a ser obviamente censurado por nosotros”, aunque afirmó que “el clima que se pintó hoy en Diputados” busca mostrar una situación que no existe, como si estuviéramos “viviendo en el gran infierno del autoritarismo, con persecución de periodistas”.
Por último, al ser consultado por “Tribunal Ético” de las Madres, Gullo aseguró no avalarlo, pero que “eso no quiere decir que nosotros censuremos, enjuiciemos o, como pretendían algunos, que Cristina lo prohibiera. Eso era una locura”.
“Además, aquellos que se vieran afectados por lo que se pueda decir (en el juicio público) tienen todos los medios y voces para poder plantear sus descargos, como lo vienen haciendo hasta ahora”, concluyó el diputado.
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